Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 31 dic (PL) Dichos de la hasta ayer ministra de Salud, Helia Molina, provocaron la primera baja en el gabinete de Michelle Bachelet, con el tema del aborto que acentuó el carácter conservador de Chile.
Al menos en la superficie, la sociedad chilena parece todavía no madurar para el debate en curso sobre la aplicación de un decreto que aspira a despenalizar el llamado aborto terapéutico,consagrado a tres causas muy específicas.
La doctora Molina intentó durante su gestión impulsar de forma transparente y directa la iniciativa, apoyada por la presidenta de la República, quien también es médico en la especialidad de pediatría.
Sin embargo, aceptar la interrupción ante embarazos con peligro para la vida de la mujer; en caso de violación y cuando los fetos son inviables, no logró implantarse como ley en Chile, uno de los tres países del mundo más atrasados en este dominio.
El portavoz oficial del Gobierno, el ministro Álvaro Elizalde, informó que la jefa de Estado aceptó la renuncia de Molina. La ministra ha presentado su dimisión para evitar generar polémicas artificiales, acotó.
La presidenta expresa su reconocimiento a la doctora Helia Molina por su enorme contribución a la gestión de Gobierno y por su compromiso de servicio público expresado no solo durante estos meses sino a lo largo de una impecable trayectoria, destacó.
Declaraciones controvertidas a un medio de prensa precipitaron la caída de la titular, quien dijo que "en todas las clínicas cuicas (privadas), muchas familias conservadoras han hecho abortar a sus hijas".
El presidente de la Comisión de Salud del Senado, Guido Girardi, recalcó que la nación austral debe avanzar en 2015 con grandes reformas, entre ellas la despenalización del aborto terapéutico.
Tenemos que seguir con el proyecto de aborto terapéutico; pensamos que no es bueno que Chile sea uno de los tres países en el planeta que no tiene una legislación en la materia y que viva en una especia de trasnoche, a medias de oscurantismo, apuntó.
Por su parte, el diputado socialista Juan Luis Castro respaldó a la doctora Molina, al subrayar que no ha atacado a ninguna persona o institución.
En su tono, en su lenguaje, ha dicho una realidad: el aborto es un fenómeno escondido, problema social que nadie dice ni declara y al final del día, las personas que tienen recursos acceden a clínicas para poder acceder a un aborto disfrazado, dijo.
De otro lado, la exministra de Salud Soledad Barría, quien integró el primer gobierno de la presidenta Bachelet, respaldó las expresiones de Helia Molina.
Barría hizo un análisis de los porcentajes de partos ínfimos de madres adolescentes en zonas elitistas de esta capital, mientras en comunas pobres las cifras superan el 20 por ciento.
De forma provisional, asumirá el cargo el actual Subsecretario de Salud Pública, Jaime Burrows. En tanto las fuerzas de la derecha se manifestaron escandalizadas por lo sucedido, pero encontraron respuestas verticales.