Para los pacifistas esto podría ser una señal positiva en la campaña mundial por el desarme, en su mayoría de armas convencionales.
Por Thalif Deen/IPS
NACIONES UNIDAS, 6 Ene 2015 (IPS) – En un artículo satírico del diario Wall Street Journal titulado 'Una mirada poco seria al año venidero', Hugo Rifkind pronostica que el precio del barril de petróleo caerá tanto que la gente terminará por comprar el barril y tirar su contenido.
Ese escenario quizá sea improbable, pero la fuerte caída de los precios del oro negro, que esta semana descendió a 50 dólares en Nueva York, generó buenas y, en su mayoría, malas noticias.
En Estados Unidos, la caída de los precios se tomó como un estímulo inesperado pero bienvenido a la economía en recesión.
"Para" el presidente estadounidense Barack "Obama, el bajo precio del petróleo trae esperanzas", señalaba el titular de un diario en Estados Unidos.
El semanario británico The Economist calculó que una caída de 40 dólares en el precio trasladaría unos 1,3 billones (un millón de millones) de dólares de las manos de los productores a los consumidores.
Pero en el Sur en desarrollo, la situación actual amenaza con socavar las economías dependientes del petróleo en África, América Latina, Asia y Medio Oriente.
El continuo descenso, de unos 107 dólares por barril en junio de 2014 a los 50 dólares actuales, limó el poder adquisitivo y perjudicó a algunas de las monedas del mundo, incluido el rublo ruso, el real brasileño, la rupia indonesia, el bolívar venezolano, la naira nigeriana, el peso chileno, la lira turca y el ringgit malasio.
Pero tarde o temprano es probable que la caída del precio del petróleo también reduzca el gasto militar y el floreciente mercado de armas en Medio Oriente, valorado en miles de millones de dólares.
Para los pacifistas esto podría ser una señal positiva en la campaña mundial por el desarme, en su mayoría de armas convencionales.
Tradicionalmente, el aumento de los ingresos procedentes del petróleo determinó la compra de armas de las seis monarquías del Golfo Arábigo: Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar y Omán.
Las excepciones en Medio Oriente son Egipto e Israel, que dependen en gran medida de las subvenciones militares de Estados Unidos, gratuitas y no reembolsables.
Pieter Wezeman, investigador del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (Sipri, en inglés), dijo a IPS que la reducción de los ingresos del petróleo influirá sin duda en el gasto militar de los estados de Medio Oriente, como sucedió en el pasado.
La importación de armas de Arabia Saudita culminó en los años 90, dijo, pero luego descendió rápidamente, en parte debido a la caída de los ingresos fiscales derivada del menor precio del petróleo.
"Sin embargo, para 2013 calculamos que Arabia Saudita será el cuarto país con más gasto militar", con 67.000 millones de dólares, "y que Emiratos Árabes Unidos ocupará el lugar número 15″, con 19.000 millones de dólares, indicó Wezeman.
El mayor gasto militar del mundo corresponde a Estados Unidos, con 640.000 millones de dólares, seguido por China, con 188.000 millones, y Rusia, con 88.000 millones, según las cifras de 2013 publicadas por el Sipri.
Pero Wezeman advierte que es demasiado pronto para tener certezas al respecto, ya que los Estados en cuestión tienden a ser muy reservados y poco democráticos sobre los asuntos militares y sus planes de adquisición de armas.
"Pueden decidir recortar el gasto en otros sectores, si los bajos precios del petróleo los obligan a recortar el gasto total del gobierno", precisó.
Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional, Arabia Saudita posee 750.000 millones de dólares en reservas de divisas.
Nicole Auger, una analista de Forecast International, una empresa de información sobre el mercado de la defensa, dijo a IPS que el gasto proyectado para el quinquenio 2015-2019 en la defensa de Medio Oriente exhibe una tasa anual de crecimiento compuesto de 3,48 por ciento.
La cifra es inferior a la del quinquenio anterior en 2010-2014, cuando alcanzó 8,45 por ciento.
"Parte de esta reducción la atribuyo a la caída esperada en los precios del petróleo", explicó Auger.
Para Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Qatar esta tendencia solo será una molestia que podrán soportar cómodamente durante varios años, "así que no espero ningún cambio significativo en sus tendencias del gasto de defensa", añadió.
Esos mercados son enormes y todos gastan pródigamente en sus capacidades de defensa, destacó la analista.
Arabia Saudita continuará dominando el mercado de armas de Medio Oriente, ya que su presupuesto de defensa es casi cuatro veces mayor al del país que le sigue en el gasto en la región, señaló Auger.
"No veo un cambio importante en las tendencias del gasto en defensa de Irán e Iraq, aunque seguramente sean los más perjudicados" por la caída en los precios del petróleo, afirmó.
Debido a otras fracturas regionales e internas, los dos vecinos tendrán que mantener sus niveles del gasto de defensa como medida de precaución, sostuvo.
Aunque Irán padece sanciones internacionales por su programa de energía nuclear, todavía se siente amenazado, y reducir su gasto de defensa solo lo haría más vulnerable desde su perspectiva, agregó.
Pere Wezeman, del Sipri, dijo que la importancia que tiene el mercado de Medio Oriente para las empresas queda de manifiesto en que la venta de armas a Arabia Saudita por sí sola representó 20 por ciento de las ventas en 2013 de BAE Systems, la tercera productora de armas del mundo.
Y el segundo mayor productor de armas, Boeing, sufrirá la disminución de las ventas de aviones de combate a su principal cliente, Estados Unidos, y depende cada vez más de las exportaciones, agregó.
Si las ventas de Medio Oriente se estancan o disminuyen, las empresas tendrán que competir para conseguir contratos en otras partes del mundo donde el gasto militar siga en aumento y dependa menos del precio del petróleo, como sucede en Asia, advirtió Wezeman.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga