Por Enrique Rojas/ESPN
BOSTON — Tras una espera de 32 años, Repúbica Dominicana, el país extranjero de mayor población en las Grandes Ligas, logró colocar un segundo representante al Salón de la Fama de Cooperstown, el mayor reconocimiento que puede recibir un pelotero en el béisbol profesional.
Pedro Martínez entró al Salón de la Fama con el mayor porcentaje para un pelotero latino en la historia.
El lanzador Pedro Martinez se unió a su colega Juan Marichal, electo en 1983, como los únicos quisqueyanos en Cooperstown, tras recibir el voto favorable de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA, por sus siglas en inglés), anunciaron el martes las autoridades del Salón de la Fama. La ceremonia del 2015 está programada para el domingo 26 de julio en el Complejo Deportivo Clark de Cooperstown, New York.
Junto con Martínez, también serán inmortalizados el zurdo Randy Johnson, John Smoltz y Craig Biggio.
Esto marca la primera vez desde 1955 que se eligen más de 3 jugadores en un año al Salón de la Fama. En esa elección resultaron electos Joe DiMaggio, Gabby Hartnett, Dazzy Vance y Ted Lyons. Antes de eso, la única otra ocasión en que se habían elegido cuatro jugadores fue en 1947, cuando Lefty Grove, Carl Hubbell, Mickey Cochrane y Frankie Frisch fueron inmortalizados.
Martínez, quien jugó en Grandes Ligas por 18 temporadas — entre 1992 y 2009 — con los Dodgers de Los Angeles, Expos de Montreal, Medias Rojas de Boston, Mets de Nueva York y Filis de Filadelfia, obtuvo 500 votos de un total de 549 boletas (91.1 por ciento), para quedar segundo en las votaciones del 2015.
El jugador con más votos este año lo fue Randy Johnson, quien obtuvo 534 de 549 (97.3 por ciento). Después de Martínez quedó Smoltz, quien recibió 455 votos (82.9 por ciento) y luego Biggio con 454 (82.7 por ciento).
Los otros jugadores que recibieron más de la mitad de los votos, pero que se quedaron cortos del 75 por ciento requerido para ser electos fueron Mike Piazza (384, 69.9), Jeff Bagwell (306, 55.7) y Tim Raines (302, 55)
Martínez ganó tres veces el Premio Cy Young (1997, 1999-2000) y quedó entre los primeros cuatro en otras cuatro ocasiones: 1998 (2do.), 2002 (2do.), 2003 (3ro.) y 2004 (4to.).
En su carrera tuvo marca general de 219-100, efectividad de 2.93, 3,154 ponches, 2,827 entradas, 46 juegos completos y 17 blanqueadas. Dos veces ganó 20 encuentros conquistó cinto títulos de efectividad y tres de ponches. Superó los 300 abanicados en un par de ocasiones.
El ocho veces Todos Estrellas puso algunos de los números de dominio más extraordinarios de la historia en una era claramente dominada por los bateadores. Entre las temporadas de 1999 y 2000 obtuvo 41 triunfos, 517 ponches y una efectividad combinada de 1.90, apenas el quinto lanzador de la historia con números parecidos en dos años.
Jugando en plena era del bateo y pasando los mejores años de su carrera en Fenway Park, uno de los paraísos para la ofensiva, Martínez tuvo una efectividad ajustada de 154 (lo que significa que fue 54% mejor que el resto de los lanzadores de su época), la mejor de la historia.
Martínez es el octavo latinoamericano electo por haber brillado en los diamantes de las ligas mayores y el decimocuarto hispano en sentido general que alcanza el Salón de la Fama. Antes de Martínez llegaron los puertorriqueños Roberto Clemente (1973), Orlando Cepeda (1999) y Roberto Alomar (2011); Marichal (1983), el venezolano Luis Aparicio (1984), el panameño Rod Carew (1991) y el cubano Tony Pérez (2000).
También fueron seleccionados por el Comité Especial de las Ligas Negras los cubanos Martín Dihigo (1977), José Méndez (2006) y Cristóbal Torriente (2006), mientras que tres narradores recibieron el premio Ford Frick, que distingue a los hombres de la radio y la televisión como miembros de Cooperstown: El argentino Ely "Buck" Canel (1985), el ecuatoriano Jaime Jarrín (1998) y el cubano Rafael "Felo" Ramírez (2001).
Desde que Ozzie Virgil debutó con los Gigantes de New York en 1956, República Dominicana ha colocado más de 600 jugadores en las Grandes Ligas, pero hasta ahora, solamente Marichal estaba en Cooperstown. Tres décadas después, llegó el segundo: Pedro Martínez.