En el 2014 visitaron la isla 3 millones de vacacionistas, cifra que esperan aumentar en el 2015.
Por Roberto F. Campos
La Habana, 8 ene (PL) La llegada a Cuba en 2014 de tres millones de visitantes, además de significar cifra récord representa la concreción de estrategias gubernamentales para colocar a este destino entre los más importantes del Caribe.
Ese dato se conjuga con los anuncios sobre el anuncio de un proceso para el restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, luego de más de 50 años de restricciones económicas y comerciales, con fuerte incidencia en el turismo.
Tales asuntos pueden generar una idea exagerada para la industria recreativa de este país, con sus correspondientes beneficios.
Sin embargo, de lo que se trata realmente es de una marcha estable del sector y la posibilidad de mantener las cotas de crecimiento y propiciar elementos destacables como la conservación del medio ambiente, el incremento de la infraestructura y, sobre todo, buscar niveles superiores de calidad.
Con el anuncio de los tres millones de visitantes extranjeros (5,3 por ciento de crecimiento comparado con 2013), la isla ratifica su vocación en cuanto a un imparable desarrollo de este sector, iniciado como industria en 1994.
Tal continuidad se ve reforzada, además, con la información el 17 de diciembre de 2014 del restablecimiento de los tratos diplomáticos entre Washington y La Habana, que ya pone una nota de color tanto en empresarios extranjeros como de cara a la liberación de los viajes para los ciudadanos estadounidenses.
Indudablemente, en el momento que se abran las puertas a esos trasiegos y se suspendan las barreras económicas, Cuba estará ante una especie de boom de los turistas del norte, asunto que de alguna manera ya se prevía desde hace algunos años, y ahora se enfrenta incluso con alojamientos privados y expansiones.
Pero todo cambio implica un elemento fundamental, basado en la calidad del servicio y el incremento de una cultura de la atención al visitante, que sobrepasa el profesionalismo en hoteles para extenderse por cada calle, y cada reducto interesante para un turista.
Por tanto, el récord de los tres millones al cierre de 2014 debe traer aparejado un 2015 con amplias expectativas y cambios sustanciales en materia recreativa, especie de símbolo para toda una época.
Cuba cuenta en la actualidad con más de 61 mil habitaciones en unos 300 hoteles de todo el país, de las que el 63 por ciento son de cuatro y cinco estrellas, y lleva la presencia administrativa de cadenas foráneas de experiencia como es el caso de la española Meliá.
Los polos de recreo más relevantes son el occidental balneario de Varadero que abarca el 32 por ciento de las habitaciones, La Habana con el 23 por ciento, norte de la central provincia de Villa Clara el 10 por ciento, Jardines del Rey (centro-norte) 8,6 y la oriental Holguín con 8,2.
Algunos destaques apuntados oportunamente por el Ministerio del Turismo (Mintur) incluyen al Meliá Marina Varadero de 423 habitaciones y 122 apartamentos, Eurostar Santa María (846 habitaciones), Pestana Cayo Coco de 468 y REX en Santiago de Cuba, o la ampliación del Blau Costa Verde (400 cuartos).
Otras de las notas significativas las aporta la Planta Real del Hotel Paradisus Princesa del Mar (168 habitaciones), que junto al remozamiento de unas tres mil habitaciones en todo el país, dota al turismo cubano de una infraestructura adecuada.
Y como complemento para ese posible paraíso turístico -si es que puede mencionarse así- ocurren contratos de administración y comercialización de hoteles con 16 cadenas hoteleras extranjeras para 28 mil 510 habitaciones en 60 hoteles, detalles que pueden incluso ampliarse significativamente.
Por demás, se suman alojamientos y restaurantes privados, que acoplados al amable carácter del cubano, puede resultar muy beneficioso y distintivo.