En 1981, 2005 y 2009 se produjeron deslizamientos de tierra significativos en el municipio Tamboril – Santiago, con más de 450 personas evacuadas de emergencia.
SANTO DOMINGO.- El Servicio Geológico Nacional (SGN) propuso medidas de prevención y mitigación a tomar en cuenta ante posibles deslizamientos de tierras que ocurran en el territorio nacional, sobre todo porque la ubicación geográfica de la isla propicia este tipo de fenómeno por las frecuentes precipitaciones y actividad sísmica.
El ingeniero Vladimir Guzmán Javier y su homóloga Juana Suardí Gómez, ambos especialistas del SGN, proponen un plan de acción a implementarse en las zonas identificadas como vulnerables ante deslizamientos, iniciando con la elaboración de un mapa donde se identifiquen las zonas con mayor posibilidad de ocurrencia de estos fenómenos.
Además, este plan de acción servirá de soporte al ordenamiento territorial, identificando las zonas con mayor peligro ante deslizamientos e impedir la creación de nichos en esos lugares; en las ya existentes, identificar cuáles son las viviendas de mayor exposición y crear rutas seguras de evacuación que permitan el desplazamiento de los afectados mediante campañas masivas de educación.
La especialista Suardí Gómez especifica que se deben establecer mecanismos de monitoreo constantes de las zonas identificadas como vulnerables para emitir alertas tempranas, garantizando la movilización y la vida de las personas afectadas. También, habría que estimar la cantidad e intensidad de lluvia que debería caer en una formación geológica para que se produzca un deslizamiento, basado en informaciones levantadas por eventos similares.
Gómez recomendó iniciar un plan piloto en la zona de Tamboril, cuyos resultados se pudieran implementar en todo el territorio nacional, sobre todo por los antecedentes en esa comunidad referente a los deslizamientos ocurridos en 1981, 2005 y 2009.
El gran deslizamiento ocurrido en el 2009 motivó que un equipo técnico integrado por el Servicio Geológico Nacional, la Secretaría de Obras Públicas y Comunicaciones –hoy Ministerio-, el Instituto Sismológico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones, se desplazara hasta la zona de Tamboril y rindiera un informe del estado del terreno y las pérdidas materiales posteriores al fenómeno.
Ambos especialistas coincidieron en que se deben identificar cuáles son los lugares más seguros para equiparlos y convertirlos en refugio, lo que permitirá albergar a las personas que sean movilizadas a causa del desastre natural. De igual forma, sugieren identificar vías alternas de comunicación para evitar la interrupción del tránsito por el fenómeno.
La propuesta del SGN surge a raíz de que sus expertos recién concluyeron una especialización en Japón sobre “Manejo de desastres causados por deslizamientos y sedimentos (inducidos por fuertes lluvias, terremotos y actividad volcánica)”, auspiciado por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA).
En ese orden, el director del Servicio Geológico, ingeniero Santiago Muñoz, apoyó las propuestas de Gómez y Javier, además de motivar su integración en el estudio de “Amenaza Sísmica y Vulnerabilidad Física del Gran Santo Domingo” que encabeza la institución bajo su dirección, para implementar estas recomendaciones en las zonas que lo ameriten.
“En estos momentos estamos inmersos en el proyecto del Estudio de la Amenaza Sísmica y Vulnerabilidad Física del Gran Santo Domingo y mientras más capacitados esté nuestro personal, mejores serán los resultados; por eso, agradecemos infinitamente la oportunidad que le brinda la JICA al SGN de especializar sus ingenieros y compartir la experiencia de Japón en sistemas de prevención y mitigación de desastres”, expresó Muñoz.
De su lado, el subdirector de la JICA, Tasuku Ishibashi, señaló que para esa institución es un gran placer compartir los conocimientos adquiridos con el Estado dominicano representados por el SGN, sobre todo por los lazos de cooperación que desde hace muchos años existen entre ambos países.
El coordinador del Programa, Huáscar Peña, manifestó que esta especialización es una de las herramientas más importantes con que cuenta la cooperación dominico-japonesa por la realidad nacional de precipitaciones constantes y actividad sísmica.
“Estamos abiertos a ampliar el apoyo de la JICA en las investigaciones y especializaciones científicas. Llevamos muchos años haciendo esto y estamos en la entera disposición de potenciar la capacitación para mejorar los niveles de respuestas nacionales ante fenómenos atmosféricos”, afirmó Peña.
También asistieron a la presentación Laura Mella y Marianna Szabo, esta última paisajista del proyecto “La Nueva Barquita”, quien mostró mucho interés en que esos resultados se apliquen en algunos puntos específicos del lugar referido.