Riad, 23 ene (PL) El rey Abdulah bin Abdulaziz de Arabia Saudita falleció hoy tras 23 días hospitalizado por quebrantos de salud, confirmó la Corte Real, que anunció igualmente su reemplazo por su medio hermano, el príncipe Salman.
De inmediato su sucesor, el rey Salman de Arabia Saudita, quien lo sucedió, hermanastro Abdulah, prometió continuar con la línea trazada por su antecesor, y urgió a la unidad y solidaridad de los países árabes y musulmanes.
En su primer discurso a la nación tras ascender al trono, Salman aseguró que reinará para servir a su país y protegerlo contra cualquier daño, al tiempo que insistió en seguir los pasos del finado monarca.
"Continuaremos adheridos a las políticas correctas que Arabia Saudita ha seguido desde su establecimiento", enfatizó el nuevo soberano de 79 años en una alocución televisada en la cual remarcó que "las naciones árabes e islámicas están en una apremiante necesidad de solidaridad y cohesión".
Salman, quien fue ministro de Defensa desde 2011, se encargó de las tareas de Abdulah en los últimos meses debido a la precaria salud de éste, pero también sufrió al menos una apoplejía que le provocó dificultades de movimiento en su brazo izquierdo y se asegura sufre de Alzheimer.
Este viernes, en un comunicado de la Corte Real wahabita se precisó que el monarca murió a la 01:00 hora local (22:00 GMT) de este viernes, lo cual provocó "gran tristeza y pesar" entre las autoridades oficiales y la población, en general, pero omitió indicar las causas del deceso.
El jefe de uno de los Estados más influyentes en el mundo árabe y entre los países exportadores de petróleo tenía más de 90 años de edad y sufrió una recaída en su delicada salud a finales en las últimas semanas, lo que obligó a su internamiento médico el pasado 31 de diciembre por neumonía.
La misma casa monárquica wahabita informó entonces que el soberano, quien ostentaba el título de Custodio de las Dos Santas Mezquitas del Islam (La Meca y Medina), había ingresado en la Ciudad Médica Rey Abdulah de la Guardia Nacional en Riad para someterse a chequeos médicos.
Según la estructura de sucesión al trono dejada por Abdulah, su medio hermano, el príncipe Salman, de 79 años, le reemplaza como rey y jefe de la casa espiritual del Islam sunnita, mientras su otro hermanastro, el príncipe Muqrin, pasa de segundo aspirante al trono a heredero directo.
De acuerdo a la tradición musulmana, Abdulah será sepultado este mismo viernes tras las plegarias colectivas del mediodía, y sus súbditos podrán rendirle honores y expresar condolencias a su sucesor y al nuevo príncipe heredero en el palacio real, apuntó la misma nota informativa.
Tras ser nombrado príncipe heredero en 1982, el mismo día que ascendió al trono su medio hermano Fahd, el ahora fallecido rey fungió como gobernante de facto a partir de 1995 como consecuencia de una apoplejía que sufrió el entonces monarca, aunque le sucedió oficialmente tras su muerte, en 2005.
Pese a disputas sucesorias familiares, Abdulah gobernó poniendo énfasis en mantener unida la dinastía Al Saud y modernizar el país árabe más grande del golfo Pérsico.
En política exterior, fue un estrecho aliado de Estados Unidos en Medio Oriente, prueba de lo cual fue su reciente adhesión a la coalición aérea internacional contra el grupo terrorista Estado Islámico en Iraq y Siria, con cuyo gobierno mostró especial hostilidad en los últimos cuatro años.
Con más de 30 hijos y una decena de esposas, según se le atribuye por diversos biógrafos, Abdulah también concedió prioridad bajo su reinado a contrarrestar la influencia del Islam chiita en la zona, en particular de Irán e Iraq, ambos con mayoría de esa secta musulmana.
En ese empeño apoyó a facciones musulmanas sunnitas, incluidos grupos radicales como el Frente Al-Nusra en Siria, y a sectores moderados como el movimiento Al-Mustaqbal (Futuro) en El Líbano frente al movimiento de resistencia chiita Hizbulah (Partido de Dios), aliado de Teherán.
DESIGNA PRINCIPES HEREDEROS
Como parte del proceso sucesorio, Salman designó a su medio hermano Muqrin bin Abdulaziz como nuevo príncipe heredero, y al ministro del Interior, príncipe Mohammed bin Nayef, segundo heredero del trono wahabita, así como a su hijo Mohammed como titular de Defensa.
Medios oficiales destacaron que el monarca se comprometió a fomentar la coexistencia entre los sauditas, pese a la represión que denuncian comunidades chiitas en la parte oriental del país y el severo castigo con mil latigazos que se aplica actualmente a un bloguero opositor encarcelado.
Salman encabezó los funerales de Abdulah en la mezquita Imán Turki bin Abdullah de Riad, a los que asistieron representantes de los otros cinco países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), al que pertenece Arabia Saudita, y líderes de otras naciones árabes y occidentales.
Los emires de Kuwait y Qatar, jeques Sabah Al-Ahmad Al-Jaber Al-Sabah y Tamim bin Hamad Al-Thani, respectivamente, y el rey Hamad bin Isa Al-Khalifa de Bahrein, junto a sus primeros ministros y otras autoridades, viajaron personalmente a las honras fúnebres efectuadas en esta capital.
De los otros dos integrantes del CCG, el sultán Qabos de Omán delegó en Sayyid Fahd bin Mahmoud Al Said, viceprimer ministro para Asuntos de Gabinete, aunque como los demás países decretó días de luto oficial.
A su vez, el presidente de Emiratos Árabes Unidos, jeque Khalifa bin Zayed Al Nahyan, ordenó una plegaria funeraria en ausencia por Abdulah en todas las mezquitas del país y fue representado por el miembro del Consejo Supremo y gobernador de Sharjah, jeque Sultan bin Mohammed Al Qasimi.
Irán, principal potencia chiita en el golfo Pérsico que protagonizó recurrentes fricciones con el reino saudita, envió a su canciller, Mohammad Javad Zarif, mientras de Iraq vinieron el presidente Fuad Masum, el jefe del parlamento Salim Al-Jubouri, y el vicemandatario Osama Al-Nujaifi.
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