El partido concluyó 12 a 5 carreras, a favor de los Gigantes del Cibao, cerca de las 9 de la noche, luego de una ligera falla eléctrica que retrasó el final del partido por unos 10 minutos.
Con un estadio Julián Javier a toda capacidad y una ofensiva de 16 imparables que reaccionó a tiempo, los Gigantes del Cibao se han proclamado como los nuevos campeones del béisbol profesional de la República Dominicana al vencer en el octavo juego de la serie final a las Estrellas Orientales 12 carreras por 5.
Salieron decididos los bateadores de los Gigantes a ponerle fin a la serie final. Las primeras entradas fueron un infierno para las Estrellas Orientales. Las posibilidades de acabar con el que parece un interminable camino de fracasos se iban desvaneciendo en la medida que la ofensiva de los de San Francisco de Macorís castigaba a los lanzadores del dirigente Dean Treanor.
Primero Marlon Arias, luego Waldis Joaquín. Ambos recibieron de manera inmisericorde la indetenible ofensiva que encabezaron durante los primeros cuatro episodios los bates de Maikel Franco, Mel Rojas Jr. y Carlos Peguero. Los Gigantes no querían un noveno partido que decidiese el campeonato en el Tetelo Vargas. Salieron dispuestos a conseguir el título ante su afición.
Es el primer campeonato que logra esta franquicia en sus 19 años de historia en los que han sido Gigantes del Nordeste, Pollos Nacionales, Pollos del Cibao, hasta llegar a Gigantes del Cibao. Igual cantidad de nombres para igual cantidad de grupos que en diferentes etapas han manejado la franquicia.
Un título que hace olvidar aquel fatídico 1999, año en el que la novena tocó fondo al establecer una marca negativa de 9 triunfos y 51 derrotas que aún permanece.
La del 2014-2015 es un triunfo colectivo. Unos directivos que jamás se acomodaron en el conformismo y realizaron las gestiones para darle al dirigente Audo Vicente la mejor plantilla posible.
El equipo, sin esas superestrellas que contaminan camerinos, con jugadores discretos que aún esperan establecerse en las Grandes Ligas pero que dejan el alma en el terreno de juego bajo la disciplina de la estrategia de un Vicente que supo sacarle provecho a una nómina que nunca fue dada como favorita en ninguna de las tres instancias del campeonato.
Tan importante como necesaria fue aquella victoria en el tercer partido de la serie final que evitó que los de San Pedro se fueran delante 3-0. Cortaron una racha de ocho triunfos consecutivos de un equipo que en ese momento parecía destinado a terminar con esos funestos 47 años de sinsabores.
No fue así. Rafael Pérez silenció los hasta ese momento calientes bates de los verdes que habían producido 18 carreras en los dos primeros partidos. Los boricuas Mario Santiago y Giovanni Soto, y el estadounidense Parker Frazier, se encargaron de completar las cuatro victorias seguidas que le dieron rumbo definitivo a la serie.
Incontestable victoria en el octavo juego de la serie que otorga a los Gigantes su primer campeonato. Enhorabuena. San Francisco merece disfrutar!