NACIONES UNIDAS (IPS) – Después de cuatro días de intensas negociaciones, precedidas por nueve años de idas y venidas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) acordó convocar una conferencia intergubernamental con el fin de redactar un tratado jurídicamente vinculante que conserve la vida marina y regule las aguas de alta mar que se encuentran fuera de toda jurisdicción nacional.
Por Thalif Deen
La decisión final se tomó en las primeras horas de la mañana del sábado 24, mientras el resto de la ONU había entrado ya en el remanso del fin de semana.
El Grupo de Trabajo Especial que negoció el acuerdo había comenzado a sesionar en 2006.
La Alianza de Alta Mar, una coalición de 27 organizaciones no gubernamentales, y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, tuvieron mucho que ver en que prosperaran las negociaciones del tratado propuesto.
Karen Sack, directora de la organización humanitaria The Pew Charitable Trusts, una integrante de la coalición, informó a IPS que un Comité Preparatorio, que comprende a los 193 estados miembros de la ONU, comenzará a sesionar en 2016.
Pero aclaró que no hubo consenso en cuanto a "un plazo final para completar el tratado".
"Las negociaciones son siempre difíciles, pero en casi una década hubo muchas conversaciones sobre las cuestiones en consideración y definitivamente hay algunos asuntos en los que se podría avanzar rápidamente", aseguró Sack.
El Comité Preparatorio presentará en 2017 un informe a la Asamblea General con recomendaciones sustantivas sobre la convocatoria de una conferencia intergubernamental con el propósito de redactar un instrumento internacional jurídicamente vinculante.
Las conversaciones que concluyeron el sábado tras cuatro días tuvieron la resistencia inicial de varios países, entre ellos Canadá, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y Rusia, y en cierta medida de Islandia, según relató uno de los participantes en la reunión.
Pero con el tiempo, estos países reticentes se sumaron a la gran mayoría de Estados que están a favor de la redacción de un tratado que regule a las aguas internacionales o de alta mar.
De todas formas, estos países se resistieron a la adopción de un proceso de negociación con plazos determinados
"Con respecto a Estados Unidos en particular, estamos muy contentos de ver que finalmente muestra flexibilidad y esperamos que al avanzar encuentre una manera de apoyar un cronograma más ambicioso", señaló Sofía Tsenikli, asesora de Greenpeace International, en diálogo con IPS.
En un comunicado difundido el sábado, la Alianza de Alta Mar indicó que el avance se produjo pese a la presión de un pequeño grupo de gobiernos que cuestionaron la necesidad de un nuevo marco legal.
"Esa minoría bloqueó un acuerdo sobre un calendario más rápido que refleje el imperativo científico claro para la acción, pero todos los países coincidieron en la necesidad de actuar", agregó.
Los miembros de la Alianza de Alta Mar elogiaron la decisión de seguir adelante con el tratado.
Lisa Speer, directora del programa de océanos internacionales del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales, dijo que muchos Estados realizaron grandes esfuerzos para proteger la mitad del planeta que constituyen las aguas internacionales.
"Sabemos que estos estados seguirán defendiendo la necesidad urgente de una mayor protección" en este proceso, añadió.
Daniela Diz, del Fondo Mundial para la Naturaleza, dijo que la decisión del sábado fue un paso decisivo para la conservación de los océanos. "Ahora podemos mirar hacia un futuro en el que llevaremos la conservación para el beneficio de toda la humanidad a estos bienes comunes globales", afirmó.
"Armados con nuevos conocimientos, estamos dando los primeros pasos para proteger a las aguas de alta mar y mantener el mundo seguro para nuestros hijos", declaró Sylvia Earle, de la organización ecologista Mission Blue.
El resultado de la reunión tendrá que ser aprobado por la Asamblea General en septiembre, algo que se considera una formalidad.
Las aguas de alta mar son los mares que están más allá de la zona económica exclusiva de los países, que constituyen 64 por ciento de los océanos, y el fondo marino que yace fuera de la plataforma continental de un país, explica un informe previo publicado por la Alianza de Alta Mar.
Estas áreas representan casi 50 por ciento de la superficie de la Tierra, e incluyen a algunos de los ecosistemas más importantes, amenazados y menos protegidos del planeta.
Sólo un tratado internacional sobre la biodiversidad de los mares internacionales abordaría el marco legal e institucional, insuficiente, fragmentado y mal implementado que, en la actualidad, no protege a los mares internacionales de las numerosas amenazas que enfrentan en el siglo XXI.
Edición de Kitty Stapp / Traducción de Álvaro Queiruga