Santo Domingo.-El ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, dijo que República Dominicana vive un estado de profunda pena, tras el fallecimiento de Ana María Acevedo, Manolo Quiroz y Aquiles Azar, de quienes dijo “son personalidades que tienen en común haber hecho valiosos aportes al desarrollo de la cultura”.
“Los tres fueron pilares de la cultura dominicana: don Manolo como un emprendedor en la televisión, Ana María, además de diputada al Parlacen, fue en su momento un eje importante en el desarrollo de Casa de Teatro, y Aquiles Azar, un emblemático pintor de renombre internacional”, comentó Rodríguez.
Dijo de ellos que son dominicanos ejemplares, en quienes las presentes y futuras generaciones tienen referentes positivos a emular, porque sus vidas están llenas de buenos ejemplos que enorgullecen la dominicanidad.
Con relación a Ana María Acevedo, quien falleció el pasado domingo, expresó que cumplía de manera digna con la encomienda de representar a República Dominicana en calidad de diputada al Parlamento Centroamericano (Parlacen), función que sumó a su dilatada trayectoria de activista cultural, investigadora y mujer preocupada por el destino de su pueblo. Era socióloga, especializada en Brasil en encuestas políticas.
Sobre Manolo Quiroz, que falleció el lunes a los 86 años de edad, tras varias semanas interno en un centro de salud, destacó que fue el fundador de Color Visión junto al empresario, también fallecido, J. Armando Bermúdez, “que en su momento fue la más innovadora iniciativa en ese sector de la comunicación”.
“Cuando se piensa en un proyecto de vida exitoso tenemos que emular a don Manolo Quiroz. Fue un trabajador incansable que le dio al pueblo dominicano el disfrute de uno de los avances tecnológicos más impresionantes del siglo pasado: la televisión a color; sin descuidar su familia, a la que le brindó amor y, sobre todo, su ejemplo de hombre de bien”.
En cuanto a Aquiles Azar, afirmó que consagró su vida a las artes, al punto de alcanzar una respetada proyección internacional, llevando sus obras a importantes museos, empresas y colecciones privadas del mundo.
“Las partidas de estas personalidades nos colman de dolor, pero nos llenan de orgullo a los que aún vivimos, al saber que hemos compartido la dominicanidad con valiosos seres humanos cuyo ejemplo y legados los harán inolvidables”, manifestó Rodríguez.