Podemos ha levantado tanto ruido que España debe estar percatada de que se ha colocado en ruta expedita de un salto al vacío.
Alarmas activadas desde el exterior también podrían contribuir al despertar de la racionalidad adormecida, la más próxima ha sido la del triunfo de Syriza en Grecia, que demuestra que una cosa es pregonar cambios que terminan disparando los parámetros de desconfianza y otra cosa aplicarlos al llegar a poder.
Aunque todo el que pueda sacar sus ahorros e inversiones de Grecia lo está haciendo, donde Alexis Psipras dijo digo dijo diego, ya no es anular el pago de un 33% de la deuda exterior, ahora es renegociarlo, lo mismo que había estado haciendo con mucho éxito y mayor confianza su antecesor Antonis Samara.
Pero además en esos sistemas parlamentarios aunque se arrase es necesario pactar alianzas para poder formar gobierno y esas alianzas moderan sensiblemente cualquier despropósito.
Podemos está ofreciendo maravillas, no habrá español y ojalá que amplíen la cobertura a inmigrantes, sin una renta mínima de subsistencia. Todo aquel que esté en riesgo de exclusión por paro laboral o lo que reciba por subempleo no les garantice medicinas y las tres calientes, se le depositará puntualmente en una tarjeta de débitos lo que requiera para una vida digna.
La edad de pensión habrá de disminuirse y se otorgará sin discriminación, el que ha cotizado durante toda una vida laboral va recibir igual trato que el que no lo ha hecho o que lo ha hecho en forma insuficiente.
Para rendir más los empleos disponibles, la jornada laboral máxima se reducirá a 35 horas, con cero pago de horas extras y de trabajo en fin de semana, todo eso hay que hacerlo con un nuevo personal.
Las trabajadoras del hogar, absolutamente todas ingresaran al régimen de seguridad social y tendrá que haber mayor cercanía entre el salario mínimo y el máximo, un ejecutivo o técnico especializado no podrá ganar 127 veces más que el conserje.
De todo lo que he leído y escuchado de las ofertas de Podemos, la que me hace mayor sentido es la de la creación de la figura del defensor de las generaciones futuras, que lo definen como un organismo independiente con capacidad de impedir que las decisiones económicas actuales se adopten sin contemplar su efecto sobre la vida futura en nuestro planeta o sobre el bienestar y la felicidad de la población futura.
El problema de la vivienda lo van a resolver con una nueva ley, el de la evasión fiscal lo solucionarán con una oficina nacional contra el fraude fiscal, las tasas bancarias no las va a controlar el mercado sino el Gobierno, el derecho a la educación arrancará a la 0 edad.
El problema es que el modelo de Podemos, que es el chavista, ha colapsado hasta el extremo de que puede jugar la lotería el que penetre a un supermercado y salga abastecido de lujos tales como papel higiénico, desodorantes, espuma de afeitar y jabones, y es de banquete el día en que consigue pollos.
Hará mucho favor la presentación del panorama del desabastecimiento, acompañado de unas declaraciones del presidente del Congreso venezolano, Diosdado Cabello, adelantando que lo que ocurrirá en España y lo que ocurrió en Grecia muestra la expansión internacional de la semilla del chavismo.
Si un electorado tan advertido de lo que les espera, desdice irse por el precipicio, que sus penas les resulten de gloria porque el fracaso los tendrán bien merecido.