Hace unos días me habló una amiga para preguntarme que temas consideraba yo de interés para los jóvenes de la sociedad dominicana. En ese mismo instante me encontré sorprendida ante la pregunta, porque si bien es cierto que soy parte de la juventud de mí país, también es cierto que al encontrarme ante esta interrogante mi mente quedó totalmente en blanco.
Todo esto pasó desapercibido los días siguientes, ya que envuelta en el trajín del día a día olvidé totalmente que la respuesta a esto podía ser algo que formara parte del diario vivir.
¿Qué hacen los jóvenes para entretenerse? ¿Qué los indigna? ¿Qué pasa por su cabeza día a día?
En otro día más de oficina, una compañera me envía un artículo publicado en un blog por una madre dominicana, con una hija de 14 años, edad en la que se comienza la famosa ‘‘vida social de un adolescente’’, mi compañera, madre de una niña preadolescente me envía esto y solo dice ‘’Gaby, me interesa tu opinión’’.
¿Adivinen qué? El famoso ALCOHOL.
En este momento encuentro respuestas a algunas de mis preguntas… ¿Qué se hace los fines de semana? Compartir con amigos es una actividad que va de la mano esta droga legal que de una manera u otro nos saca de nuestra realidad y nos desinhibe.
No es mi intención en ningún momento criticar este tipo de actividad, porque bien es cierto que a la mayoría de nosotros nos gusta nuestra cervecita, pero sí se creó una preocupación en mí, ya que esta conducta es tan aceptada en nuestra sociedad que quizás no medimos las consecuencias que puede traer en adolescentes en pleno desarrollo.
Es común ver que a la edad de 14 años en nuestros hogares, se considera que se puede brindar alcohol a los jóvenes bajo la premisa de que ‘‘pa’ que te ajume en la calle te lo bebes aquí’’, sin notar el daño que quizás le podríamos hacer a los mismos. A estas edades los adolescentes se encuentran en pleno desarrollo, tanto psicológico como biológico, y quizás a raíz de esto que muchos de nosotros ya no encontramos diversión en compartir sin aquella sustancia.
Desinhibirse causa placer y diversión, sin embargo, en esta etapa se puede incurrir en acciones que por falta de consciencia traigan consecuencias que te afecten a lo largo de tu vida.
La respuesta que le di a mi compañera de trabajo luego de leer esto es que ‘‘lamentablemente, es una realidad de nuestra sociedad, y no creo que la mejor decisión sea aterrorizar a los adolescentes en cuanto a consumo de esta sustancia. Mi recomendación es que, sin ser extremistas, se debe concientizar sobre el uso del mismo, y sobretodo, crear una buena relación de confianza con los hijos (en el caso de las madres) ’’.
Quizás el grado de aceptación que tenemos a ciertas conductas en nuestra sociedad es algo que debemos meditar. No quiero sonar aburrida, ni decir que es malo tomarse un ‘’traguito’’, ya que muchos somos parte de este club, pero este tema es algo que te pone a pensar.
Este fin de semana me toca invitar a mis amigos a jugar juegos de mesas y ver películas con palomitas.