La figura de Leonel Fernández ha traspasado las fronteras de la República Dominicana, ¿Quién lo pensaría, cuando fui su alumno en los primeros años de la década de los 80 en el Liceo Ercilia Pepín de San Francisco de Macorís, cuando cursaba la carrera de Educación en la extensión del CURNE de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (USD)?
Juan Bosch lo catalogó como un pedazo de oro a pulir y así ocurrió, en 1993 fue elegido candidato a la vice presidencia en unas primarias del PLD, cuando lo que imperaba era que el candidato a la presidencia lo señalara. El no, él fue elegido por los compañeros del partido, donde el voto era orgánico, no individual.
En 1995 las bases del PLD lo eligen como candidato a la presidencia, compitiendo con dos compañeros emblemáticos y fundadores de nuestro partido (Euclides Gutiérrez Félix y el Comandante Norge Botello). Esto no responde a una casualidad, estábamos puliendo el oro bruto del que habló Juan Bosch. Las bases escucharon al líder y por segunda vez frotaron la piedra preciosa.
En 1996 Leonel eleva el porcentaje obtenido en las elecciones de 1994, un 13%, llevado a un 39% en primera vuelta. El destino cumplía la primera misión.
La segunda vuelta celebrada el 30 de junio del 1996 y apoyado por un gigante de la política dominicana, el Dr. Joaquín Balaguer, da como vencedor al Partido de la Liberación Dominicana con más del 60% de los votos emitidos. Una vez más Leonel, el predestinado a cumplir con la misión de desarrollar este pueblo y hacer las ideas duartianas una realidad en lo político, lo social, lo económico y educativo, aplicando las ideas hostocianas y boschistas y enarbolando los principios de participación que nos habilita la democracia, inicia el proceso de desarrollo del país nunca antes visto, 8% promedio de crecimiento del PIB del País en sus 4 años de gobierno.
Se evidenció en la construcción de grandes infraestructuras, apoyo sin reservas a la educación y promoción de la institucionalidad en los ministerios y organismos de Estado. Sin embargo el descalabro institucional, económico y social del país en el gobierno del PRD, encabezado por el ingeniero Hipólito Mejía, dejo claramente establecido en la mayoría de los dominicanos la ruta a seguir. El destino volvió a posicionar a Leonel en la primera magistratura del Estado, su misión aún no había concluido.
Ocho años después, el oro bruto, ya brillaba a tal nivel que las fronteras del país no pudieron detener sus rayos y en otros contornos del universo resonaba el nombre del presidente Leonel Fernández por su habilidad, su destreza, su capacidad en cuanto al desarrollo académico, a la forma de gobernar y a su capacidad de consensuar, habilitado para incidir en la solución de problemas de carácter internacional, como la mediación entre el presidente Uribe de Colombia; Correa de Ecuador y Chávez de Venezuela.
El mundo conoció su posición cuando trono en Naciones Unidas por la solución global de la lucha contra el hambre o explicar de manera clara y precisa el problema de la economía mundial, el negocio petrolero o el análisis de la geopolítica del universo.
“El Profesor” no se equivocó, estaba destinado a conducir su pueblo, por eso en el 2011 no pensó dos veces en ceder la antorcha al compañero Danilo Medina, no sin antes ser tentado por sus colaboradores cercanos, entre ellos yo, cuando propicie la recogidas de firmas en Europa, para que optara por un tercer mandato presidencial.
La misión para la cual estaba predestinado no le permitió cometer el craso error de reelegirse. Cumplió y dejó en su lugar a su hermano, también discípulo de Juan Bosch. ¡Qué bien!, Tampoco le ha fallado. Hoy a Danilo lo aclaman porque su gestión ha calado en el corazón de los dominicanos. El proyecto de nación de Juan Bosch continuará su destino.
Los enemigos de la Patria orquestaron un plan, lo dice Franklin Almeyda en su artículo publicado en el periódico El Caribe, citamos “Esta estrategia descansó sobre bases débiles. Primero jugaron a la división, buscando enfrentar a los dos líderes. Se desconoció la entereza de Leonel, quien se detuvo a defenderse con arte e inteligencia”, dice Almeida.
No, no han podido amilanar a Leonel, no han podido enfrentar a los discípulos de Juan Bosch. Leonel y Danilo tienen una misión, salvar este pueblo, llevarlo por buen camino, en pos de conseguir los objetivos de los TRINITARIOS.
El impedimento constitucional no permite la reelección, pero permite que el PLD siga en el gobierno. Ahí el destino vuelve a prevalecer, Leonel, el pedazo de oro bruto, con el brillo de 12 años de ejercicio de gobierno, LE DARA CONTINUACION A ESTE PROYECTO DE NACION.