Por Voa Noticias
El presidente Barack Obama dijo que las naciones del mundo deben ser capaces de romper los conflictos sectarios y políticos y confrontar la pobreza como una parte importante de la guerra contra el extremismo.
Dirigiéndose a una audiencia de representantes de 60 países, Obama dijo que “No es una cuestión de judíos, cristianos o musulmanes, todos estamos en el mismo barco. Tenemos que ayudarnos unos a otros para salir de esta crisis”.
Siguiendo una línea parecida a su discurso del miércoles, el presidente volvió a señalar que la “narrativa terrorista” que busca justificar la violencia del grupo Estado islámico o de al-Qaeda como un enfrentamiento con Occidente, es una “fea mentira”.
Agregó que si bien Estados Unidos y sus aliados no se detendrán en su misión de degradar y eventualmente derrotar a los extremistas en Siria, Irak, Yemen o Somalia, señaló que las sociedades musulmanas también deben aceptar su responsabilidad y combatir las raíces del extremismo.
“Las naciones deben ser capaces de romper los conflictos sectarios que actúan como imanes para el extremismo”, dijo ejemplificando que “la guerra en Siria solo terminará cuando pueda haber un proceso de transición inclusivo”.
“Debemos encarar las quejas que los terroristas explotan. Cuando la disensión se acalla se invita al extremismo, porque se hace la violencia como la única respuesta viable”, señaló.
“La opresión alimenta el extremismo violento, y la intolerancia alimenta la narrativa terrorista”.
Obama también se refirió a la necesidad de atender la falta de oportunidades para los jóvenes, tras cuyas “mentes impresionables” van los terroristas.
“Cuando la gente joven y pobre se siente atrapada en sus comunidades, cuando no hay escape de la injusticia ni salida a la corrupción, esto se vuelve un caldo apropiado para el reclutamiento”.
“Combatir la pobreza es una parte importante de la guerra contra el terror”, sentenció.
El presidente también anunció un programa para conectar a millones de gente joven de EE.UU., el Medio Oriente y África. El programa llevará el nombre del embajador Christopher Stevens que murió en Bengasi, al ser atacado el consulado estadounidense en esa ciudad.