SANTIAGO.- La gran cantidad de basura y desechos sólidos que lanzan al canal mayor Ulises Francisco Espaillat los residentes en la Ciudad Satélite, de Cienfuegos, imposibilita que los usuarios del acueducto de Villa González reciban un servicio de agua potable con la calidad y cantidad requeridas.
Los desperdicios que arrastran esas aguas con frecuencia taponan las rejillas construidas con acero inoxidable y que instaló en la obra de toma de allí la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (CORAASAN).
Dos de las calles de la Ciudad Satélite que terminan en una de las riberas de dicho canal acuífero con el paso del tiempo han degenerado en improvisados vertederos.
En esas zonas, y ante el limitado servicio de recogida de basura por parte de la Alcaldía, los residentes optaron por improvisar dos vertederos al final de sus calles, pero justo a orillas de dicho canal.
El cúmulo de desperdicios y desechos sólidos en el lugar con regularidad terminan siendo arrastrados por las aguas, mientras que otros deciden lanzarlos directamente al canal, pero siempre teniendo como destino común las rejillas de la obra de toma de Villa González.
En esos lugares llega a acumularse tanta basura que con frecuencia sus vecinos deciden incendiarla, ante la posibilidad de que en el área se desaten enfermedades infecto contagiosas.
Periódicamente CORAASAN se ve en la obligación de cerrar las compuertas del canal, localizadas en la comunidad La Otra Banda, de aquí, para reducir considerablemente el caudal de sus aguas y así facilitar las labores de buzos, a los fines de retirar los desperdicios que obstruyen las rejillas de la obra de toma ubicada en Villa González.
Trascendió que CORAASAN aprovechará los trabajos de construcción del acueducto en Cienfuegos, de cuyo canal se surtirá de agua, para tomar las medidas necesarias que impidan termine allí la gran cantidad de desperdicios que diariamente son lanzados en sus riberas.
El canal mayor Ulises Francisco Espaillat tiene una longitud de varios kilómetros y, tras atravesar varias comunidades de la parte baja de esta provincia, serpentea decenas de lugares de la Línea Noroeste, hasta llegar al pueblo de Hatillo Palma, en Montecristi.