El hecho de que el presidente Danilo Medina visitara a Leonel Fernández en son de “solidaridad”, luego del calentón que le dio el capo extraditado de Quirino Ernesto Paulino, tiene las características de un paso diplomático en procura de que “la sangre no llegue al río” y en busca de que el ex–presidente –ahora bajo fuerte presión- pacte la retirada de su pre-candidatura presidencial y facilite tumbar la prohibición constitucional de la reelección del actual presidente. Las revelaciones del dirigente Bidó Medina y la anunciada consulta al interior del Partido de la Liberaión Dominicana- PLD, refuerzan esta valoración.
A raíz de lo acontecido me vino a la mente la simetría entre esta situación y la que afectó al ex-presidente Álvaro Uribe en Colombia.
Quirino es un narco-capo dominicano vinculado al capo colombiano Jorge 40.
Leonel –guardando las distancias entre ambos procesos- es un político parecido a Álvaro Uribe en cuanto al manejo de la corrupción y narco-corrupción de Estado como fuente de poder y enriquecimiento personal.
Uribe fue usado perversamente por EEUU contra el pueblo colombiano durante su ejercicio de poder… hasta que se achicharró. A Leonel le está pasando igual.
Desbordada la podredumbre y cogidos algunos capos protegidos por los respectivos Estados en prácticas que se salen de lo tolerado por la DEA-EU, ambos mandatarios tuvieron que aceptar sus apresamientos y extradiciones.
Los capos Jorge 40 y Don Berna son casos relevantes en Colombia, mientras Quirino, Figueroa Agosto, Nelson Solano y Arturo Del Tiempo ( extraditados a EE.UU resaltan en Dominicana; todos aportando confesiones que embarran a sus socios políticos y pueden ser usadas a discreción por EEUU.
La carga emocional de estos capos, al sentirse “abandonados” por los gobiernos de turno, los empuja a denunciar vínculos con el poder político, a cambio de rebaja de penas, garantías de protección y devolución bienes; dejándose incluso utilizar por quienes tienen el control de sus vidas.
Eso le está pasando a Leonel, contra quien evidentemente se están utilizando testimonios de Quirino, y le pasó a Uribe en mayor dimensión; pero con efectos menores dada la fuerza de la narco-política y del para-militarismo y el guerrerismo en Colombia.
En esos casos, los beneficiarios de arrinconar la parte desacreditada del régimen y del partido gobernante, han sido los presidentes Juan Manuel Santos y Danilo Medina, ambos con perfiles parecidos.
Pese a sus roles y responsabilidades en cada caso, Santos y Danilo han sido útiles a los desdoblamientos que permite oxigenar temporalmente el sistema dominante, despojando superficialmente del descrédito mayor a los nuevos gobiernos aupados por Washington; metrópolis de los grandes fabricantes y padrinos de podredumbre, oportunismos y engaños.
22-02-2015, Santo Domingo, RD.