El Superintendente de Salud y Riesgos Laborales, Fernando Caamaño anunció su apoyo al reclamo del Presidente de la República de que las autoridades de salud y las entidades del SDSS, incluyendo a la SISALRIL, aceleren los procesos de capacitación de la Red Pública de Salud, en todo lo relativo a facturación y cobros de los servicios a las ARS Publicas y Privadas.
“Es justo y oportuno de parte del Presidente de la Republica recordar que los servicios a la población más pobre del país son la prioridad de la Red Pública de Salud, y que los recursos del SENASA están destinados a ese propósito en particular”.
En ese sentido afirmó Caamaño que, “la ARS SENASA reportó al cierre del año 2014 un margen operacional (superávit o ganancias) en el Régimen Subsidiado (RS) dedicado exclusivamente a los más pobres unos RD$ 1,670 millones, lo cual no se corresponde en modo alguno con el Espíritu de la Seguridad Social”.
Caamaño recordó que en el Régimen Subsidiado, destinado a los afiliados más pobres, esa ARS alcanzó 7.35 veces más beneficio que aquel que obtuvo de sus operaciones en el Régimen Contributivo destinado a los que tienen empleos, el cual a su vez alcanzó los 295 millones de pesos en el año 2014.
“Cualquier disminución o dilación en transferir los recursos financieros que corresponden contractualmente al proveedor público y que proceden de los impuestos que todos pagamos, se revierte en detrimento de la Red de Hospitales y Centros Públicos de Salud, sobre toda de la población más necesitada” agrego.
Sobre este aspecto, “llamo la atención que aun en la mayoría de los casos los centros públicos se adolece de capacidad para facturarle y cobrarle a las ARS, lo cual es un reto que ya debe ser superado en el corto plazo”.
“La Ley General de Salud exige atender a todo ciudadano que se presente en un hospital público, y debe ser gratuito para el paciente, pero alguien debe pagar por el servicio que se entrega a su favor, o de lo contrario no habrá nunca transparencia y costo-eficiencia en el gasto de salud de nuestro país”.
“La meta en todo caso, es que todo peso y todo centavo disponible y destinado a la salud de los más pobres se inviertan solo en ellos, y no que se acumulen en la ARS pública, o en ningún otra entidad”, enfatizo Caamaño.