Bajo un ambiente de tensión en que los ojos del mundo giran hoy hacia esta pequeña isla. Ante la odiosa confrontación, posiblemente sangrienta, de dos pueblos irreversiblemente siameses. En medio de iracundos reclamos para que se haga justicia con los ladrones del erario, tema con el que se juega su futuro político. Bajo el eco de la voz de Quirino, látigo implacable que pone bajo la picota la moral del máximo liderazgo de su partido. Acicateado por los cada vez más generalizados reclamos de que intente reelegirse (aunque esté estresado y jarto de tantas vainas)…Es en este aciago 27 de Febrero que Danilo Medina está obligado a hablarle claro a la Nación. (Cualquiera le coge pena).