Algún mensaje próximo a descifrarse brota de la conciencia del estadista que nos acaba de asegurar que la confianza del pueblo es su bien más preciado. “Y por eso la cuidamos permanentemente, demostrando que la palabra dada es palabra cumplida, y que los intereses del país son los únicos que mueven las acciones de este gobierno”.
Fue sabio al no morder el anzuelo de los promotores la agresión contra el consulado dominicano en Puerto Príncipe, Haití, que hubiesen querido ponerlo a pronunciar un discurso de confrontación con el Estado haitiano, pero si el objetivo de esa y otras provocaciones era el de chantajear y doblegar a la República Dominicana, el tiro se le fue por la culata:
El 2 de febrero venció el plazo para que hijos de padres extranjeros que alegan haber nacido en el país y que no estaban en el registro civil, pudieran solicitar su inclusión, y el 16 de junio vence el plazo para la registración de las personas que viven en territorio dominicano de manera irregular, “y nadie puede albergar la más mínima duda, de que una vez concluya la ejecución de los instrumentos de regularización previstos en la normativa migratoria, no habrá más prórrogas , por tanto los extranjeros de cualquier nacionalidad sin regularización estarán sujetos a los procedimientos establecidos por ley, siempre en el marco más absoluto de respeto a la dignidad de la persona”.
“…Ninguna nación del mundo, ni ningún organismo internacional puede exigir a la República Dominicana que en materia de régimen migratorio, ni de ningún otro derecho soberano, asuma sacrificios al margen de lo que su ordenamiento constitucional y legal prevean”.
En sus memorias del 2014 no solo ha exhibido con orgullo uno de los mayores crecimientos económicos de América Latina y el Caribe, 7.3% del PBI, sino que se ha logrado con disminución del déficits y con gran impacto en las políticas sociales.
“Este buen desempeño, fruto del emprendimiento privado y apoyado por la política fiscal y monetaria, se refleja en el crecimiento positivo de todas las actividades económicas, destacándose: Minería (20.3%); Construcción (13.8%); Intermediación y Servicios Financieros (9.1%); Enseñanza (8.4%); Hoteles, Bares y Restaurantes (7.5%); Salud (7.2%); Manufactura Local (5.5%); Comercio (4.9%) y Agropecuaria (4.4%), entre otros”.
El reflejo de ese crecimiento en la política social: “Nos ha permitido crear 299,325 empleos formales desde octubre 2012 finales diciembre 2014, lo que nos anima a pensar que lograremos la meta de crear 400 mil puestos de trabajo formales…estos nuevos empleos, unidos a la focalización de las políticas públicas, han logrado que la pobreza general disminuya de 42.2% a 35.5%, con relación a septiembre 2012, es decir, 6.7%. Y la pobreza extrema se situó en 7.9%”
“Hemos tenido, además, una asombrosa escalada de 33 posiciones en el ranking Doing Business, elaborado por el Banco Mundial, colocando a la República Dominicana como uno de los países con mejor clima de negocio en América Latina”.
Su promesa de impulsar el microcrédito y el financiamiento al campo se han estado cumpliendo con creces, “durante dos años que han pasado desde su fundación ha prestado más de 6,500 millones de pesos a más de 145,000 pequeños y medianos empresarios, la mayoría mujeres. Y, una vez más me alegra informarles que la tasa de recuperación del crédito ha sido del 99%…La Fundación Banreservas ha otorgado préstamos a través de 26 entidades intermediarias por el orden de los 866 millones, 18,500 préstamos en 24 provincias, que han generado 34 mil empleos. Esta cartera tuvo cero morosidad”.
A Danilo Medina le queda mucho por dar y por hacer desde y fuera de la presidencia de la República, es sin duda, la referencia del liderazgo político al que la sociedad aspira.