Por Gilberto Lima
Hace poco el precandidato presidencial de la República por el Partido de la Liberación Dominicana, Reinaldo Pared Pérez, afirmaba que el expresidente Leonel Fernández es ‘’incapaz’’ de hacer aquello que denunciara el confeso narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo.
Tácitamente, el expresidente del Senado dice que son declaraciones con el único objetivo de ‘’desacreditar y desmeritar la imagen del presidente del PLD, Leonel Fernández’’. Una absoluta mayoría en el país cree lo mismo que Reinaldo Pared Pérez, pues simpatizantes o no del ex mandatario, con sus defectos o no del humano, como dice el propio legislador, todos conocen el accionar político de Leonel Fernández en su desempeño de 12 años en la dirección del Estado
Personalmente me voy más lejos, al pensar que quien crea esas declaraciones contra Leonel Fernández, es capaz de asumir como cierta la versión del enemigo de un ciego, que acusa a este último de robar su microscopio para detectar bacterias durante la noche.
Igualmente quien de crédito a tales denuncias puede fácilmente creer en un loco que dice haber inventado el papel en el ingenio Catarey de Villa Altagracia a finales de los 80’s. Capaz de dar crédito a alguien que dice haber visto a Álvaro Arvelo hacer un curso de comentarista en Infotep, el pasado 25 de diciembre del 2015
Creer como válidas las difamaciones de Quirino contra Leonel es propio de una mente que igualmente pueda reputar las declaraciones de un excomulgado que afirme, vio a López Rodríguez hipotecar la Catedral para comprar hostias.
Más, no vayan a pensar que sea un ruin mentiroso el enemigo del ciego, el supuesto inventor del papel, al tipo de Infotep, el excomulgado, ni incluso el propio Quirino, sólo que el ciego no usa microscopio, el papel lo inventa el chino Ts `ai Lun en el año 105 D.C., Álvaro Arvelo no necesita el curso, la Iglesia Católica tiene sus fondos, y los hombres como Leonel Fernández no se mezclan con el submundo.
Parecerá exagerado, y que me perdone el subgrupo, pero creo que dudar sobre la honestidad de Leonel Fernández y por el contrario, dar crédito a su extraditado, Quirino Ernesto Paulino Castillo, sería igual a definir como cierto lo que se define como el colmo de los colmos; el que un mudo le dijo a un ciego que un cojo viene trotando.