Como era de esperarse, la campaña de descredito internacional contra República Dominicana y de grosero irrespeto contra su soberanía, sería la ocupación principal de los denominados líderes caribeños que se dieron cita esta semana en la tenida de Caricom en San Juan, Puerto Rico.
No se anduvieron con rodeos simulando imparcialidad, así fuere con una tenue declaración de repudio a las agresiones perpetradas contra oficinas del consulado dominicano en Haití y contra el ultraje a la enseña tricolor de la patria dominicana, nada de eso puesto que a lo que se habían citado era a chantajear y mentir contra la mano más solidaria que haya tenido el pueblo haitiano, frente a todas sus tragedias.
Que venció el plazo otorgado por la ley 169-14 para que hijos de padres extranjeros que alegan haber nacido en territorio dominicano y que no habían sido asentadas en el registro civil, se acogieran a los beneficios de una ley especial de Naturalización, y que apenas se pudieron inscribir 6,937 personas porque no fue prorrogado el plazo.
Ahí hay imprecisión de datos y una mentira, porque al cerrar el último plazo de la ley de Naturalización, la totalidad de inscritos era de 8,755 personas, y no es verdad que los resultados fueran tan pobres porque no se prorrogara el plazo, la ley se modificó y se confirió una tregua de 90 días que fue la que culminó el 2 de febrero.
Caricom conoce muy bien la razón por la que millares de haitianos que pudieron beneficiarse de esa regulación no lo hicieron: carecen de documentos de identidad y ningún plan de regularización migratoria puede asentar fantasmas.
República Dominicana renunció a su derecho soberano de deportar a cualquier ilegal que se encontrara en su territorio durante 18 meses para no entorpecer el plan de regularización y ni mayoría de los haitianos que han estado por años en República Dominicana y ni la mayoría de los que cruzaron para hacer provecho del feriado, podían ser asentados por venir de una país donde la gente nace, crece y muere sin documentos de identidad, cosa que no está en capacidad de resolvérselas el Estado dominicano.
Pero aún hay un plazo que se extiende hasta el 16 de junio, que abarca a las personas que residen en el país de manera irregular y que hayan ingresado al país antes del 2011, esos deberían estar recibiendo ayuda de la comunidad internacional para gestionar sus documentos en Haití, pero eso no ocurre porque lo que interesó siempre fue el fracaso del plan para que la República Dominicana siguiera en ruta expresa hacia el colapso como nación.
Por suerte el país está claro y unificado frente a este tema y el Gobierno sabe que no puede ceder más. ¡ha sido suficiente!, por eso la ovación mayor de su discurso de rendición de cuentas el 27 de febrero reciente, la recibió el presidente Danilo Medina, cuando advirtió “de que una vez concluya la ejecución de los instrumentos de regularización previstos en la normativa migratoria, no habrá más prórrogas.
Y es que ya la pava de las presiones internacionales no pone donde ponía, hay una lectura de la compra de la deuda de Petrocaribe a Venezuela que el Gobierno no ha querido manejar por prudencia: también era tema de soberanía, es que ese era uno de los más importantes instrumentos de chantaje contra la República Dominicana frente al tema inmigratorio de los haitianos. Esa operación nos confiere mayor independencia para la aplicación de nuestras normas migratorias.