Pudiera dar pena y generar aun mas preocupación el match Leonel-Quirino, si pensáramos en el impacto que pueda tener en las nuevas generaciones el hecho de que un tema tan notorio y con tantas implicaciones.
Por Luis M. Rodríguez
El solo hecho de Quirino Ernesto Paulino haber formulado las acusaciones conocidas contra el ex presidente dominicano y líder del PLD, Leonel Fernández, evidencia, mas allá de que sea o no ciertas, cuan desvalorada esta la figura presidencial. Claro estas, de entrada hay que aclarar que no es el tipo de acusaciones hecha por el ex convicto de narcotráfico lo que desmerita la encumbrada función, sino el tipo de presidente que la han ejercido.
Pudiera dar pena y generar aun mas preocupación el match Leonel-Quirino, si pensáramos en el impacto que pueda tener en las nuevas generaciones el hecho de que un tema tan notorio y con tantas implicaciones como el actual tenga como protagonistas a un ex presidente y a un ex narcotraficante. Aunque también pudiera ser un ejemplo en sentido negativo aleccionador para el futuro liderazgo político-social dominicano.
Las imputaciones “quirinianas” contra Leonel, han colocado a éste último entre la espada y la pared. Leonel, Faraón Caribeño, acostumbrado a mirar por encima del hombro a los demás mortales criollos y un ser político que descarta debatir con otros, que al igual que él aspiran a la presidencia de la Republica, porque según su parecer no saben conceptualizar, tiene que sentirse disminuido dado el origen de quien enloda su imagen “impoluta”, propia de seres de otra galaxia.
A de resultar angustiante para el tres veces presidente de este país insular y quien, a través de un efectivo equipo de comunicación, casi a diario nos recuerda su condición de consultante internacional de entidades multilaterales y de importantes figuras famosas del “jet set” político, que esa, su imagen, de hombre culto y de alto vuelo, pareciera extinguirse, cual pequeña vela encendida, ante una carta y tres comentarios radiales NO de una lumbrera proveniente del mundo académico, sino de un producto de la parte más profunda del bajo mundo.
Su conocida estrategia, propia del “librito” de su más efectivo maestro, Joaquín Balaguer, de ignorar y guardar silencio ante quienes les atacan, pudiera resultar tan peligrosa como responder a lo dicho por Quirino de que Leonel le adeuda 200 millones de pesos dominicanos, dinero que aun consciente de su origen criminal supuestamente fue usado en asuntos personales y políticos y hasta para garantizar la operatividad parcial de FUNGLODE, organización sin fines de lucro que regentea el ex presidente Fernández.
Seguir dando la callada como respuesta, refuerza la percepción de un amplio sector ciudadano que le da veracidad a lo dicho por Quirino; mientras que responder a las acusaciones con evasivas y recursos bíblicos que no desmienten a Quirino y mucho menos sin proceder judicialmente en su contra por difamar su honra y la de su familia, tampoco salva al ex presidente de la condena moral de la ciudadanía.
La situación actual del ex presidente se asemeja a quien ubicado al borde un profundo precipicio y teniendo detrás una manada de leones, no sabe cómo resolver el dilema: si se lanza al precipicio muere, si espera por la llegada de los leones, también, con la agravante de que con esta última opción la muerte pudiera ser más dolorosa y angustiante.
La bomba Quirino explosionó en un momento en que se ventila un juicio en contra de Marcos Martínez, comunicador de Santiago, acusado por Margarita Cedeño, esposa del ex presidente Fernández, de falsificar documentos donde se presentan supuestas cuentas a nombre de la ex primera dama con valores ascendentes a 43 millones de euros.
Pero además, cuando Félix Bautista ha sido llevado al banquillo de los acusados por la Procuraduría General, acusado de lavado de activos, prevaricación y desfalco, entre otros delitos graves. Como se sabe, Bautista además de Senador de la Republica es el Secretario de Organización del PLD y en un momento fue catalogado como hijo putativo por Leonel Fernández.
A pesar de la gravedad de las acusaciones formuladas por Quirino en contra del líder peledeísta y de la disposición del ex convicto de asistir a la justicia para presentar “sus pruebas”, llama la atención que el Procurador General, Francisco Domínguez Brito, no haya tomado acción al respecto y si por el contrario ha dicho que por el momento no las investigaras, dejando abierta la posibilidad de investigar sólo a partir “de informaciones oficiales que podamos recibir de las autoridades norteamericanas”.
Esa inactividad judicial sirve a la estrategia del grupo del ex presidente de anular el mensaje descalificando el mensajero, al cual incluso acusan de loco, al tiempo que atizan el conflicto dominico-haitiano y hacen sonar tambores de guerra para ahogar así el grito acusador que desde antes de arribar al país el pasado sábado 28 lanzo Quirino Ernesto Paulino.
Actué o no la justicia dominicana en este caso, el “quirinazo” afectará el sistema político dominicano y la estrategia electoral de algunas entidades partidarias importantes.
Esperemos.