El presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán, trazan la raya de pizarro contra la corrupción en una charala en la que dijo que dicha practica no se puede perdonar.
“Perdónenme señores que lo diga aquí en público, no hay cosa que me moleste más que yo ver cosas, cogiéndose lo ajeno”, deploró.
Las afirmaciones de Germán tienen lugar cuando faltan poco dias para que el juez de ese alto tribunal, Alejandro Moscoso Segarra, deberá fallar sobre la acusación formulada contra el ministerio público contra el senador Félix Bautista y siete socios suyos acusados de corrupción, lavado de activos y otros delitos.
Bautista es acusado de tales delitos a su paso por la Oficina Superisora de Obras del Estado, en una audiencia en la que el propio procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito acudió a solcitar que se castigue a los implicados en el expediente.
En su exposición este viernes el presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), abogó porque los gobiernos adopten controles contra la corrupción, tras calificarla como un acto antiético imperdonable.
A su etender los gobiernos en el mundo entero tienen que buscar instrumentos de control, unas veces internos, otras veces externos, y otras veces de auto control a través de los valores éticos, "porque la corrupción tiene una consecuencia, que en su opinión, es imperdonable".
“Perdónenme señores que lo diga aquí en público, no hay cosa que me moleste más que yo ver cosas, cogiéndose lo ajeno”, deploró.
El presidente de la SCJ habló durante una charla que pronunció sobre el código de comportamiento ético, dirigida a jueces del poder judicial del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo, al cual asistieron varios jueces de esa Alta Corte.
Agregó que el servidor que se coge lo del Estado está afectando los servicios públicos.