En medio de la agitación de sectores que en ambos lado de la isla Española atizan la confrontación entre República Dominicana y Haití, la Comisión Nacional Pastoral de Migrantes de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) solicitó a las autoridades de ambos países a no incentivar la violencia ni promover el odio entre sus conciudadanos.
Grupos ultranacionalistas han estado incentivando acciones que apuntan a una confrontación, lo que ha preocupado a la Iglesia Católica Dominicana, que en una declaración autorizada por el Obispo de la Diócesis Mao-Montecristi, monseñor Diómedes Espinal y el presidente de la Comisión Nacional de Migrantes de la CED, en la que se destaca que tanto República Dominicana como Haití "somos dos países que compartimos la isla, llamados a cultivar la cultura de la paz con la buena vecindad".
Resaltó que "esta vez, de no aplicarse los correctivos del lugar, las tensiones, jugando con candela, y tocando niveles muy sensibles, podrían degenerar en conflictos de consecuencias imprevisibles".
Según el documento, que también firma el padre Julio Acosta (padre Julín), secretario ejecutivo de la Comisión, la Iglesia Católica reclama a las autoridades de los dos países que respeten la dignidad humana de los migrantes.
"Respeten la dignidad humana de los migrantes, sobre todo, los más vulnerables e indefensos, documentados e indocumentados, de los dos países", subraya el documento.
Asimismo, pidieron que se garanticen el respeto a los símbolos patrios, la seguridad de las sedes diplomáticas -consulares y embajadas- y el personal que laboran en ellas.
También solicitaron que las autoridades de ambas cancillerías adopten los justos procedimientos diplomáticos frente a las desavenencias y a los hechos que perturben la paz y las buenas relaciones.
Espinal y Acosta valoraron que sea retomada la iniciativa del diálogo bilateral en el marco del respeto mutuo, "y abordando los asuntos con auténtica voluntad política de Estado".
Detacaron que durante los últimos tres años los dos países han lidiado las relaciones bilaterales bajo las tensiones de un clima crispado-exacerbado, que a su manera de ver