De acuerdo a VOA Noticias, en un comunicado oficial la delegación cubana notificó que llegó a su fin la tercera ronda de negociaciones con EE.UU. dentro de un clima "profesional" donde el único acuerdo es que continuarán las conversaciones.
"Al finalizar el encuentro, que se desarrolló en un clima profesional, las dos delegaciones acordaron mantener la comunicación en el futuro como parte de este proceso", concluyó el comunicado de la cancillería cubana.
La manzana de la discordia esta vez fue la anunciada postura de Estados Unidos sobre el gobierno de Venezuela, un aliado de La Habana.
La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, atribuyó el silencio informativo al interés de mantener las conversaciones en "bajo perfil" y dijo que esto no guarda relación con otros temas políticos sensibles como Venezuela.
"Su atención se centra en arremangarse la camisa y tener conversaciones difíciles y completar el trabajo", dijo la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, a periodistas en Washington.
Asimismo, Psaki dijo que la crítica de Cuba a la sanción de EE.UU. a funcionarios venezolanos por violaciones a los derechos humanos no ha sido factor en las negociaciones con la isla.
Pero el canciller de la isla, Bruno Rodríguez, señaló que cualquier ataque a Venezuela implicaba también un ataque a Cuba, argumentando que "Estados Unidos ha provocado un daño grave al ambiente hemisférico en víspera de la Cumbre de Las Américas".
"Espero que el Gobierno de Estados Unidos comprenda que no se puede manejar a Cuba con una zanahoria ni a Venezuela con un garrote", dijo Rodríguez el sábado durante una visita a Venezuela.
Las delegaciones estadounidense y cubana se reunieron la última vez en Washington, a fines de febrero. Desde entonces los negociadores han estado discutiendo el tema de la reapertura de embajadas en Washington y La Habana, que Estados Unidos quisiera se complete a tiempo para la Cumbre de las Américas, en abril próximo.
Falta por acordar la cuota de representantes diplomáticos acreditados en cada país, su libertad de movimiento y la eliminación de restricciones en la valija diplomática, a lo que Cuba se resiste porque aduce que Washington ha utilizado esta vía para introducir equipos "sospechosos", como radios satelitales.
Estados Unidos también reclama la libre entrada de cubanos a su sede diplomática, fuertemente custodiada por un cinturón de policías cubanos que exigen identificación a los visitantes y explicaciones sobre los motivos de su visita.
El funcionario también dijo que Estados Unidos y Cuba se reunirían posteriormente este mes para discutir temas de derechos humanos y políticas de comunicaciones.
Después de la reunión en Washington, la directora de EE.UU. de la cancillería cubana, Josefina Vidal, dijo que la decisión de sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo no era una precondición para restablecer relaciones, pero aseguró que sería difícil explicar el restablecimiento de relaciones si Cuba continuaba en la lista.