Túnez, 19 mar (PL) El Estado Islámico (EI), principal sospechoso de la masacre de turistas y tunecinos la víspera en un museo aquí, calificó hoy a los dos asaltantes abatidos de paladines de ese movimiento extremista.
Un número de asaltantes lograron escapar de la escena después que fuerzas especiales penetraran en el Museo de Bardo y rescataran a ocho visitantes extranjeros que habían sido tomados en rehén.
Nuestros dos caballeros, que estaban armados con ametralladoras y granadas, merecen nuestras alabanzas, dice en la grabación de audio una voz que se expresa en árabe magrebí.
Ninguna entidad había reclamado la autoría del ataque, dirigido contra la industria turística tunecina, una de las principales fuentes de ingresos de este país.
De su lado, un portavoz de la Presidencia tunecina anunció el arresto de nueve sospechosos de complicidad o participación en el ataque, uno de los más letales que han sufrido extranjeros en este país en los últimos tiempos.
La fuente se reservó la identidad de los detenidos.
Desde temprano los servicios de seguridad buscaban a tres sospechosos de integrar el comando y las autoridades mantienen en discreción la identidad de los dos asaltantes muertos, aunque versiones oficiosas los ligaron desde un principio a EI, cuya rama local es Al Qaeda en el Magreb Islámico.
EI es el movimiento extremo que ocupa zonas en Iraq y Siria, tiene seguidores en países del norte y el sur del Sahara y en la península Arábiga y constituye motivo de inquietud para estados del sur de Europa.
Aunque aún no existía responsable declarado, la jefa de Exteriores de la Unión Europea, Federica Mogherini, no dudó en responsabilizar a esa organización y advirtió que el movimiento, notorio por su crueldad en la eliminación de adversarios, "apunta una vez más a países del Mediterráneo".
El asalto, en el que murieron turistas sudafricanos, europeos y dos latinoamericanos, evidencia las dificultades que enfrenta el veterano presidente Beji Caid Essebsi para restablecer la calma tras varios años de inquietudes políticas.
Túnez fue el país en el cual comenzó la llamada primavera árabe, cuyo primer resultado fue el término de la dictadura del fugitivo presidente Zine el Abidine Ben Alí, seguido de los disturbios que obligaron a renunciar al expresidente egipcio Hosni Mubarak.
El movimiento, dio el pretexto para intentar el derrocamiento por la fuerza del presidente, Bashar Al Assad, de Siria, país en el cual EI tiene importantes fuerzas, nutridas por reclutas extranjeros entre los cuales islamistas tunecinos ocupan un lugar importante.
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