Nos tiene que doler.
El problema es que no nos duele. No nos duele la patria, no nos duele el país, no nos duelen nuestros derechos, no nos duele la constitución, no nos duelen las luchas, no nos duele la historia… al parecer no nos duele ni el abuso.
‘‘¿El abuso de quién o de qué?’’ Dirán muchos… Pues el abuso de ciertas autoridades, de los cuerpos que se suponen velan por protegernos, y pues bien, todos leemos los periódicos. Pero el peor de los casos es que no nos duele el abuso que nos hacemos nosotros mismos.
¿Cuándo fue la última vez que sentiste abnegación por un 27 de febrero y no lo viste como un día libre para dormir o irte de vacaciones? ¡Febrero: mes del carnaval! Vayamos al tema de qué viviremos durante este año y hasta mayo del 2016. ¡DING DING DING! La campaña: un año de carnaval. El problema es que NO NOS DUELE, se leen las noticias, se ve lo que viene… pero nadie se inmuta.
El cambio de nuestra sociedad está en nosotros mismos, duele escuchar cuando se dice que el fulgor de la juventud está muerto, que solo nos vemos envueltos en trabajo, estudios, el bonche, trabajo, estudios, el bonche, trabajo, estudios, el bonche.
A veces me pregunto si seremos esclavos de la rutina o de nosotros mismos. Otras veces me pregunto si existe siquiera un recuerdo cuantos partidos hubo en la boleta electoral del año 2012, de cuáles eran los candidatos, o peor aún, si siquiera recuerdan por quien votaron.
Se llama DERECHO AL VOTO, porque TÚ tienes derecho al cambio, y están en tus manos las herramientas de transformación. ¡Ay! Fíjese como no nos duele salir a las calles a atacarnos y desacreditarnos entre nosotros, para luego sentarse en la silla del observador y dejar que la bola corra.
Me duele mi país… ¡Despierta Dominicana!