Situado en el confín fronterizo del Suroeste, el municipio de Pedernales probablemente encierra algunos de los secretos mejor guardados de la República Dominicana. El gran debate suscitado durante los últimos años en torno al conflicto legal de Bahía de Las Águilas ha contribuido a relegar la atención sobre otros importantes atributos naturales y culturales de Pedernales, que aportan condiciones suficientes para sustentar el desarrollo del que podría ser uno de los destinos turísticos más completos del país.
Uno de los efectos perversos del litigio sobre Bahía de Las Águilas ha sido haber condicionado las estrategias de desarrollo y los planes de inversión en Pedernales a la definición de un conflicto que no parece tener una solución previsible a corto o mediano plazo, a pesar de que al margen de este enclave, Pedernales ofrece sobradas condiciones para su desarrollo turístico y económico
De entrada hay que apuntar que Pedernales no solo cuenta con una extraordinaria diversidad de recursos para desarrollar distintas modalidades de turismo, como sol y playa, cruceros, ecoturismo, turismo gastronómico, turismo de aventura y turismo comercial, sino que además es uno de los pueblos más limpios, ordenados y seguros del país, donde no se advierte la arrabalización urbana que caracteriza a muchas de nuestras ciudades y dispone de un servicio estable de energía a un precio bastante razonable; sin dejar de anotar la condición de zona fronteriza que la conecta de manera directa con la cultura y el comercio haitiano.
La Bahía de Cabo Rojo y otros atractivos de sol y playa
Posiblemente muchos dominicanos ignoran que la Bahía de Cabo Rojo cuenta con una extensión tres veces mayor que Bahía de Las Águilas, con similares playas de arenas blancas y aguas azules cristalinas, con una amplia franja de terrenos llanos y despoblados, con un muelle en la misma zona y a muy poca distancia de la ciudad de Pedernales.
Además de Cabo Rojo y Bahía de Las Águilas, la provincia de Pedernales ofrece otros interesantes atractivos como destino tropical como la hermosa Playa Pedernales que bordea el pequeño malecón de la ciudad, la espectacular y totalmente virgen Playa Blanca en el cercano municipio de Oviedo; y la Isla Beata, la segunda isla más grande de la República Dominicana, con una superficie de 27 kilómetros de largo y seis de ancho donde abundan los manglares con pequeñas ensenadas arenosas que sirven de refugio a la vida silvestre y donde existe una actividad turística controlada.
El Hoyo de Pelempito o el Gran Cañón del Caribe
Otro atractivo de gran impacto en la zona es el Hoyo de Pelempito, ubicado en la Sierra del Bahoruco, la mayor depresión geológica de la isla y considerado por algunos como una réplica caribeña del Gran Cañón de Colorado, una de las grandes atracciones turísticas de Estados Unidos.
Con una profundidad de 700 metros y un microclima excepcional donde se registran temperaturas desde 25 hasta cero grados centígrados, Pelempito cuenta con una flora sumamente rica donde existen unas mil 434 especies de plantas, de las cuales más de 430 son endémicas.
El Parque Nacional Jaragua
A este inventario hay que agregar la extraordinaria diversidad de recursos y atractivos naturales que representa el Parque Nacional Jaragua, la zona de mayor biodiversidad de Las Antillas, que incluye bosques, playas, islas y cayos, además de varias lagunas como las de Oviedo, La Rabiza, Puerta de en Medio, Salado Bucán, Bucán de Base, y Laguna Salada.
Pedernales lo tiene todo para impulsar un turismo de calidad y cuenta con las condiciones sociales y culturales para asegurar un desarrollo ordenado y sostenible. Falta la voluntad del Estado para poner la primera piedra.