Por Artuto Martínez Moya/Economista.
Luce complicado el panorama financiero internacional. Para entenderlo conviene una síntesis de la historia monetaria de los Estados Unidos desde 1990. Primero, se multiplicó el dinero en circulación por medio de crédito barato, lo que infló el precio de las acciones, materias primas y la producción nacional hasta 2007. La derogación de la Ley Glass-Steagal hizo posible las hipotecas subprime, que los bancos de inversión operaran sin control y surgieran bancos en la sombra. Segundo, el relajamiento de los controles y el exceso de actividades financieras-productivas condujo la economía de los Estados Unidos y a la mundial a la Gran Recesión a partir del 2008.
Frente al panorama, la Reserva Federal revisó la historia para alejarse de errores que condujeron a la Depresión de 1929. Por eso, a diferencia de 1929, aplicó una política monetaria fuertemente expansiva, redujo los intereses hasta 0% e inundó los mercados con liquidez. En lo comercial evitó el proteccionismo y apuntaló el sistema de cambio flexible (en 1930 era fijo), en lo fiscal apoyó la política expansiva.
Y esa fue la diferencia. La economía norteamericana recuperó el nivel de empleo y crecimiento, el problema ahora determinar cuándo recoger inorgánicos y aumentar intereses, evitando hospitalizar al paciente. Podría suceder si la Reserva Federal aplica muy rápido el librito, es decir, la versión de John Taylor, quien demostró en 1993 que la Reserva Federal, a través del tiempo, había seguido más o menos la regla de aumentar la tasa de política monetaria cuando la inflación excedía la meta (2% en los Estados Unidos) o cuando el PIB real superaba el PIB potencial.
Siguiendo con la historia, como los estadounidenses tardaron 10 años en recuperar el ingreso per cápita de 1929, creo que la Reserva Federal no se arriesgará, no aumentará los intereses en 2015, dará tiempo a la zona del euro para que salga del estancamiento. Teme neutralizar la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), totalmente contraria, ya que un poco tarde decidió comprar deudas públicas en gran cantidad. Además, circulan alrededor de 2.4 billones de dólares en bonos y títulos que se están cotizando con tasa de rentabilidad negativa, significa que los inversionistas pierden dinero en lugar de ganar, no maximizan ingresos obteniendo la mayor rentabilidad posible, sino que minimizan pérdidas. Un panorama inédito.
Otra enseñanza de la historia. Los periodos prolongados de precios altos son seguidos por periodos prolongados de precios bajos. Estamos en el súper ciclo de la baja de precio de las materias primas. Los dominicanos ahorramos entre US$920 millones y US$1,400 millones, dependiendo de si el precio promedio del barril de petróleo que compramos es US$60 o US$50, lo negativo es la incertidumbre con el precio del oro. A partir de hoy lunes dependerá de lo que diga el mercado actuando con libertad. Cambió el mecanismo, históricamente lo estableció un pequeño grupo, que incluía las corporaciones mineras, desde septiembre de 1919 la oficina NM Rothschild en Londres y luego dos veces al día y por teléfono cinco bancos se ponían de acuerdo.