El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, ingeniero Temístocles Montás, afirmó que República Dominicana tiene que hacer frente a los desafíos de sostener altas tasas de crecimiento económico, aumentar la productividad, desarrollar encadenamientos productivos, reducir la pobreza y asegurar la sostenibilidad ambiental como una combinación dinámica para avanzar hacia el desarrollo.
En la conferencia “Desafíos y oportunidades del desarrollo en República Dominicana”, dictada en la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Montás señaló que países como Taiwán y Corea del Sur, que tenían menor desarrollo económico y social que República Dominicana en 1950, ahora tienen un nivel de vida de su población cuatro veces mayor.
Al desglosar los componentes del primer desafío, el Ministro dijo que para sostener altas tasas de crecimiento, “se requieren altos niveles de inversión y, en consecuencia, fuentes de financiamiento”, entre las que se combinan el ahorro doméstico, público y privado, flujos externos de capitales e ingresos procedentes de las exportaciones netas de bienes y servicios.
Montás habló a casa llena la noche del lunes en el Paraninfo “Ricardo Michel”, de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UASD como parte de los actos conmemorativos del 59 aniversario de esa unidad académica, donde fue presentado por el profesor Antonio Ciriaco, Director de la Escuela de Economía. Tras su disertación, recibió una placa de reconocimiento, informó la Unidad de Comunicaciones del MEPyD.
“En República Dominicana requerimos generar mayores niveles de ahorro doméstico para financiar el crecimiento”, expresó Montás, quien agregó que igualmente “financiar el crecimiento dependerá, también, de sostener o aumentar los flujos de inversión extranjera directa”, consolidando el liderazgo de recepción de Centroamérica y el Caribe.
Manifestó que también es preciso orientar la economía hacia un mayor y mejor desarrollo exportador, buscando metas que lleven las exportaciones per cápita de 1,070 millones de dólares en 2009 a 4,479 millones en 2030 como escenario mínimo o preferiblemente a 5,487 millones como escenario máximo.
En cuanto a las exportaciones totales, lo deseable es hacerlas pasar de 10,457 millones de dólares en 2009, a 53,797 millones en 2030 en el escenario mínimo o a 65,899 millones en el escenario máximo.
En lo relativo al desafío de aumentar la productividad, Montás afirmó que para ello es necesario “un mejoramiento del entorno empresarial y del clima de negocios, lo que eleva la capacidad de competir.
Esto tiene que ver con el mejoramiento de los procedimientos administrativos, el marco legal y regulatorio y la capacitad de las instituciones para facilitar el comercio y la producción”.
Asimismo, capacitar los recursos humanos para que respondan a las necesidades del aparato productivo, mejorar el desarrollo tecnológico, el sistema de certificación de calidad, la oferta de infraestructura de transporte y logística, planes sectoriales, integración regional y promoción de las exportaciones.
Un tercer desafío importante para lograr el desarrollo es dar mayor impulso a los encadenamientos productivos, combinando eslabonamientos de actividades que demanden insumos nacionales o que provean insumos que demandan otros sectores productivos.
“Cuanto mayores eslabonamientos (hacia delante o hacia atrás) presenta una actividad, mayor es su capacidad para impactar el crecimiento y el empleo, y aportar al desarrollo del país”, expuso Montás ante académicos y estudiantes de la UASD.
Citó un estudio del Banco Mundial que establece que en el país los sectores con mayores eslabonamientos intersectoriales (hacia atrás) son turismo, productos alimenticios y transporte y comunicaciones, mientras que otros sectores, en menor medida, presentan “eslabonamientos hacia atrás como agricultura de exportación, comercio, producción de alimentos en zona franca, textiles y otros”.
No obstante, señaló que “existe un grupo de sectores en los cuales el desafío es mayor, dadas las debilidades de sus eslabonamientos, tanto hacia delante como hacia atrás. Son los casos de manufactura pesada, energía y agua, minería, construcción y manufacturas de zonas francas, entre otros”.
Asimismo, consideró que reducir la pobreza y mejorar la distribución del ingreso para que la población pobre tenga capacidad de demanda efectiva, estimulando el crecimiento, constituye otro desafío importante para el desarrollo dominicano, el que va unido con asegurar la sostenibilidad ambiental.
En cuanto a esto último, Montás citó que el país exhibe importantes logros como son que hay una mejora en la cobertura boscosa (39.7% territorio en 2012) y en fortalecimiento del sistema nacional de áreas protegidas.
Igualmente, dijo que se han reducido las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, desde el 2010 se mantiene la disponibilidad de agua por habitante/año y se ha fortalecido el Sistema Nacional de Evaluación Ambiental.
Junto a esos éxitos, conviven retos importantes, como son la erosión de los suelos, pérdida de capa vegetal y productividad del suelo asociados a salinización y saturación con agua, contaminación y sobrexplotación.
Agregó que hay también “altas presiones sobre el recurso hídrico, asociadas a aumento de la población, debilidad en la aplicación de la regulación ambiental, desarrollo urbanístico desordenado y baja cobertura de alcantarillado sanitario”.
También el hecho de que 10% de las especies de flora y fauna se encuentren en peligro de extinción y la persistencia de la práctica de quema abierta de residuos sólidos que tiene importantes implicaciones medioambientales.
Para responder a esos desafíos: un pensamiento de largo plazo
Montás indicó que para afrontar esos desafíos, el país se dotó de una Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 concebido “el conjunto de acciones planificadas, cuyo objetivo es alinear los recursos y potencialidades de un país para el logro de sus metas y objetivos de desarrollo”.
“Hoy se acepta que cualquier estrategia nacional de desarrollo lo que procura es lograr el desarrollo sostenible, que se diferencia del desarrollo sustentable en el hecho de que este solo se orienta a preservar, conservar y proteger los recursos naturales para beneficio de las generaciones presentes y futuras, sin tomar en cuenta las necesidades sociales, políticas ni culturales del ser humano”, expresó el Ministro.
Señaló que desde la Cumbre de Rio en 1992, el desarrollo sostenible aborda las dimensiones económicas, sociales, institucionales y ambientales.
Según lo establecido por la Cumbre, el desarrollo económico es “un proceso en el cual la disponibilidad de bienes y servicios es creciente y al alcance de todos los grupos sociales que conforman la comunidad. Conlleva el fin de la pobreza extrema”, dijo Montás.
En tanto que la inclusión social busca “garantizar a la ciudadanía el disfrute de los derechos civiles, políticos, económicos y sociales; asegurar la conexión y solidez de las redes de reciprocidad social; garantizar el acceso al mercado de trabajo”, mientras que la sostenibilidad ambiental “implica aprovechar adecuadamente los recursos disponibles, satisfaciendo las necesidades humanas sin sobrepasarse en el uso de los recursos naturales”.
Finalmente la buena gobernabilidad incluye la paz y la seguridad, y conlleva que las instituciones y los procesos gubernamentales sean transparentes y que se respete la ley.
Montás destacó que esas cuatro dimensiones están en consonancia con los cuatro ejes de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 del país, que se resumen en la promoción de “un Estado social y democrático de derecho, con instituciones que actúan con ética, transparencia y eficacia”; “Una sociedad con igualdad de derechos y oportunidades, en la que toda la población tiene garantizada educación, salud y servicios básicos de calidad”; “Una economía territorial y sectorialmente integrada, innovadora, diversificada”; y “Una sociedad con cultura de producción y consumo sostenibles, que gestiona con equidad y eficacia los riesgos y la protección del medio ambiente”.
Al evaluar la marcha de aplicación de la Estrategia Nacional de Desarrollo aprobada como Ley Orgánica 1-12, Montás citó que de los 80 indicadores que cuentan con información actualizada a 2013, “23 indicadores han mejorado promisoriamente y tienen alta posibilidad de alcanzar la meta a 2015”.
De ellos, 17 indicadores alcanzaron en el año 2013 la meta que tenían establecida a 2015; 32 indicadores han mejorado moderadamente y tienen baja posibilidad de alcanzar la meta al 2015, en tanto que siete indicadores están estancados y ocho han empeorado y se alejan de la meta al 2015.
La lección de Corea y Taiwán
Al inicio de la conferencia Montás hizo una comparación entre la evolución económica de República Dominicana y las republicas de Corea y Taiwán, destacando que aquellas naciones dejaron muy atrás al país que estaba por delante de ellas.
“En 1950 República Dominicana mostraba un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita mayor que Corea del Sur y Taiwán; pero en 2012 el PIB per cápita de ambos países superaba al de República Dominicana por más de cuatros veces”, expresó.
Detalló que República Dominicana contaba con un ingreso nacional bruto per cápita de 5,470 dólares en 2012, clasificando como país de ingreso medio-alto, mientras que Corea de Sur y Taiwán clasifican como países de ingresos altos, porque sus ingresos per cápita superan los 22,000 dólares.
Montás enumeró el conjunto de factores que hicieron posible el éxito de Taiwán y Corea, anotando que debido a que República Dominicana no actuó en forma similar, se quedó atrás.
Citó que los factores de éxito para ambos países asiáticos fueron que “el liderazgo político pensó en el largo plazo y se enfocó fundamentalmente en los temas económicos”.
Igualmente, se registraron mayores tasas de ahorro y por tanto mayores tasas de inversión que en República Dominicana.
Ambos países pusieron un “mayor énfasis en desarrollo humano, premiando la meritocracia en sus sistemas educativos. Educación de mucha calidad y graduación, en términos relativos, de más ingenieros, científicos y médicos que los países de América Latina y el Caribe”.
También esos países hicieron una mayor inversión en infraestructura y mercados financieros más profundos, con economías más abiertas y estructura productiva fundamentalmente industrial.
“La distribución de ingresos y otros indicadores sociales fueron mejorando considerablemente con el nivel de ingreso per cápita. La mayor equidad ha contribuido al desarrollo de una clase media que ha sido un motor de innovación, emprendurismo y consumo doméstico que ha contribuido al crecimiento económico”, puntualizó Montás en referencia a Corea y Taiwán.
Las palabras de bienvenida al ministro de Economía fueron pronunciadas por el decano de la FCES, profesor Ramón Desangles Flores, quien dijo que la planificación es un desafío y una necesidad que tiene el país.
En el Paraninfo el funcionario estuvo acompañado de funcionarios del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo como el viceministro de Cooperación Internacional, Inocencio García Javier; la directora de la Unidad de Análisis Económico y Social, Magdalena Lizardo; el director de Cooperación Bilateral, Nelson Felipe Valdez; el director de Logística, Víctor Ventura y el asesor Nelson Toca.