Lo conocí en 1986, en La Habana, al celebrarse el 150 aniversario del natalicio de “El Viejo”, como los cubanos identifican, con amor y gratitud, a Máximo Gómez, auténtico generalísimo libertario de este reguero de islas. Su exquisita y profunda erudición me hizo redescubrir al héroe antillano y, asimismo, los valores de nuestra Ciudad Colonial, cuya historia domina en todos sus detalles mejor que nosotros mismos. Por eso, es una honra que nos visite nuevamente el doctor Eusebio Leal, que en su saber apasionado mantiene vivo un viejo ideal panantillanista que debemos enarbolar con orgullo.