Tras una ofensiva a gran escala, Irak y sus aliados lograron arrebatar a los combatientes de Estado Islámico la ciudad de Tikrit.
Un mes después del inicio de una gran ofensiva para recuperar la estratégica ciudad, el Ejército de Irak, apoyado por milicias progubernamentales, reconquistó hoy (31.03.2015) Tikrit, que estaba en manos de la milicia terrorista Estado Islámico. Así lo aseguró el primer ministro, Haidar al Abadi, citado por la página web "Al Sumaria".
"Las fuerzas iraquíes se están desplegando a lo largo de la ciudad y continúan eliminando al resto de combatientes", dijo Jassen Jabara, jefe de la comisión de la seguridad en la norteña provincia de Saladino. Los expertos militares están registrando la ciudad en busca de posibles explosivos que hayan sido dejados por los yihadistas, con el fin de poder autorizar el regreso de los residentes.
En el edificio del Gobierno provincial fue izada la bandera iraquí. Poco antes, en el centro de la ciudad, los combatientes habían tomado varios edificios del Gobierno y el palacio presidencial tras fuertes combates. Según fuentes militares, en las calles yacen decenas de extremistas muertos y nueve combatientes iraquíes perdieron la vida.
Ofensiva a gran escala
Fue el pasado mes de junio cuando los extremistas del EI tomaron la ciudad natal del fallecido dictador Sadam Husein. A comienzos de marzo, las fuerzas de seguridad iraquíes y milicias chiitas iniciaron una ofensiva a gran escala con 30.000 efectivos para recuperar su control. La ofensiva fue suspendida durante un tiempo después de que las fuerzas iraquíes fueran frenadas por francotiradores y trampas explosivas colocadas por los yihadistas.
Estados Unidos y sus aliados apoyaron la ofensiva en su última fase con ataques aéreos. Al principio, la coalición internacional no participaba en la operación, pero cuando el avance de las tropas iraquíes se estancó, el Gobierno en Bagdad solicitó a sus aliados apoyo aéreo. Sin embargo, las milicias chiitas, vinculadas a Irán, criticaron la intervención de la coalición. Según Estados Unidos, dos terceras partes de los combatientes que participaron en la ofensiva pertenecían a esas milicias chiitas.
Situada a unos 170 kilómetros al norte de Bagdad, la batalla por Tikrit se consideraba también un prueba de fuego para avanzar sobre Mosul, la segunda ciudad del país, que se encuentra en manos del EI. Irán consideró hoy que la liberación de Tikrit representa un momento decisivo en la lucha contra la milicia terrorista. "También es un indicador de que en breve se podrán limpiar las otras partes de Irak del terrorismo", dijo el Ministerio del Exterior iraní.