…Y ya que nos metimos en reformas bíblicas de las frases de Cristo acerca de los malos, hay otra que deberíamos cambiar: "Denle al César lo que es del César (los impuestos), y a Dios lo que es de Dios". Y si lo que ha resultado con esto de pagar nuestro tributos es que el César y sus incondicionales se hacen multimillonarios y compran el Congreso que les acomoda las leyes, a los jueces que les garantizan impunidad y hasta a los mismos sedicentes apóstoles para garantizarse hasta la absolución celestial, se impone una nueva frase: "Vigilen bien al César, y si es un corrupto no le den ni un centavo de impuestos".