(De mi puño y tekla)
Si como todo parece indicar, Podemos pacta con el PSOE la investidura de Susana Díaz, en contra de la opinión y marginando a su candidata Teresa Rodríguez, cometerá un error garrafal y la consiguiente desafección de sus bases, poniéndose de manifiesto que ejercen el engaño con el mismo descaro que los partidos a los que definen como casta.
Más temprano que tarde, muchos de sus afiliados, votantes y simpatizantes comprobarán que entre lo prometido por sus líderes en campaña y lo pactado posteriormente, todo parecido es mera coincidencia. La mayoría de sus dirigentes, ambiciosos por naturaleza, lo que verdaderamente les ocupa y preocupa es acceder cuanto antes a un carguito, a poder ser con despacho, pisar moqueta y disponer de secretaria. Todo lo que tanto han criticado y envidiado pero que forma parte de sus sueños, ya que de pasar miseria están hasta los mismísimos cigotos.
Paradójicamente y extrapolando las citadas reflexiones a la cruda realidad, nos encontramos con que quienes más duramente criticaron a Podemos, es decir el PSOE, dolidos por el elevado porcentaje de votos perdidos, se ven en la necesidad de alcanzar algún tipo de acuerdo con la formación de Pablo Iglesias, para que la mencionada Susana Díaz logre ser investida como Presidenta de la Junta de Andalucía, siempre y cuando no lo consigan pactando con las restantes fuerzas del arco parlamentario.
Según parece, el líder de Podemos, primer vituperador de la casta, ya no considera ni le causan tanta repugnancia los partidos que la forman como vociferaba en todos sus mítines, modificando su comportamiento hasta el grado de mostrar cierta predisposición a negociar con los socialistas y habiendo nombrado para tal menester a su secretario de Organización, Sergio Pascual, y separando a Teresa Rodríguez, cabeza de lista en los pasados comicios andaluces.
Lo más sorprendente por parte de Podemos ha sido el pasar de una postura totalmente crítica con el PSOE, a una segunda mucho más moderada y receptiva. Lo que hace suponer que se produzca una abstención en primera o segunda votación para favorecer el trámite de la investidura de la candidata socialista, todo lo cual ha originado un serio conflicto entre la dirección nacional y el grupo parlamentario andaluz que Podemos intenta suavizar, si bien los enfrentamientos ya son públicos desde el pasado lunes habiéndose creado una imagen totalmente negativa.
A lo largo de estos días Teresa ha caído de su particular e inocente guindo, llegando a la conclusión de que su partido no tiene nada de especial respecto a los restantes, con lo cual su misión consistirá en someterse a las órdenes de su jefe, quien le ha explicado que las decisiones sobre el voto en Andalucía excede a la política regional, para convertirse en algo estratégicamente distinto. La historia de las acampadas y otras movidas ya pasaron y ahora lo que corresponde es hacer política, reunirse, discutir, negociar, ceder, ganar, perder, etc. En una palabra, pasar a formar parte de la “casta” pero proyectando una imagen distinta, disimulando y sin que se note demasiado….que en el fondo no sirve para nada ya que terminarán acusándote de ser tan golfo y corrupto como los dirigentes de los restantes partidos.
Todavía no se conoce en que quedarán las desavenencias entre la dirección nacional del partido y el grupo de parlamentarios electos, si bien lo que resulta inocultable es que en el seno de Podemos se está solicitando insistentemente la celebración de una consulta a las bases para decidir la postura definitiva, aunque al final una gran mayoría están convencidos de que Teresa Rodríguez será apartada del debate y desoídas las bases, imponiéndose el criterio de la cúpula. No obstante, para otros esta discrepancia ha quedado cerrada en falso y como siempre tendrá sus consecuencias.
La realidad es que a efectos electorales las cosas no salieron como habían calculado, ni es lo mismo esperar obtener entre 23 y 25 escaños y quedarse en 15. La propia Teresa Rodríguez, dejándose llevar por su inexperiencia y ramplón discurso, repitió en diversas ocasiones durante la campaña la desafortunada frase de "No solo podemos, sino que debemos ganar en Andalucía", demostrando un total desconocimiento de sus paisanos. Esta bisoña política, sin duda debe vigilar su lenguaje y realizar cuanto antes un curso de oratoria efectiva.
Los españoles necesitamos acostunbrarnos a pensar que en política los milagros no existen e igualmente aprender a convivir y considerar a Podemos como un partido más, que irrumpió con mucha fuerza, entre otras razones por contarle a los ciudadanos, entrando en sus hogares via TV, lo que estos necesitaban oir y prometiendo imposibles a través de fórmulas mágicas que ellos mismos han ido rectificando y recortando desde hace varios meses.
La formación de Iglesias ha ido perdiendo fuerza en la misma proporción que han ido creciendo los incrédulos, tal como se ha demostrado con el fracaso en las elecciones andaluzas donde sus expectativas eran muy superiores a los 15 escaños obtenidos. En breve comenzarán a producirse bajas de afiliados que retornarán a sus partidos de oriegen, y muy posiblemente tal regreso lo inicien en primer lugar los militantes de IU seguidos por los del PSOE. ¡¡Tiempo al tiempo!!
Que a estas alturas de siglo un lider político pretenda "convertir a España en un paraiso de igualdad social, de energia verde, de pulcritud institucional y de empleo asegurado" debe ser canonizado en vida sin pasar por las etapas de venerable y beato si el proceso continúa siendo el mismo….
Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela