El palo no fue “asechao”, sino fríamente calculado por los verdugos morados; esperado con pocas dudas por la sociedad.
El problema es que no es lo mismo saber que el diablo viene, a “verlo llegar”; especialmente en víspera de semana santa, completando así la perversa maquinación del CP pelediano, que incluyó no solo la aplicación del blindaje a favor de la podredumbre por la Corporación-Leonel y sus enclaves estatales, sino también el silencio cómplice de un Danilo en busca de un pacto que combina impunidad con reelección.
Siempre dije que ni el Ministerio Público ni el gobierno, ni en el caso Félix ni en el de Díaz Rúa, pretendían hacer justicia. Solo perseguían -y persiguen- vencer la resistencia leonelista a la re-postulación del actual mandatario. Igual pasa con el uso del purgante Quirino.
Y ciertamente ya lograron poner el tema de la reelección en la agenda de abril del CP, a lo que se oponía Leonel. Danilo es tan tranquilo y maquinador como el Doctor aquel: paso a paso procura el pacto que incluye el repliegue de Leonel a cambio de dejar pasar los delitos cometidos. Nada de tirar piedras para atrás.
De todas maneras, más allá de los propósitos de las dos facciones moradas en pugna, lo acontecido tiene un altísimo costo político para este régimen, potenciado en los recién pasados días nada santos para los protagonistas de esta ominosa dominación gansterizada. La reacción enérgica de una gran parte de la iglesia católica, calificando al sistema judicial de vergüenza nacional, así lo muestra.
Es muy positivo que después de esos dos nefastos fallos judiciales declarando el “no ha lugar” a favor de los latrocinios de Félix Bautista y Félix Rodríguez, sean pocos los-as que dudan de la existencia de un sistema judicial y un Estado al servicio de la delincuencia política mayor y de ricachones que se roban todo, saquean la naturaleza, maltratan y empobrecen al pueblo.
No es casual –y es buenísimo- que en medio de rezos, reflexiones y diversiones se hable tanto de “ENTERRAR ESTA JUSTICIA” y “TUMBAR LA MAFIA”. ¡Magníficos objetivos!
La dictadura institucional enseñó sus garras y colmillos. Mostró que lo perversamente diseñado en la Constitución del 2010 y luego estructurado desde el Congreso electo en el 2012, no era para exhibirse en vitrinas.
Moscoso Segarra -más moscoso que segarra- no es simplemente él. Es Suprema, es “Altas Cortes”, JCE y TSE. Es Leonel y su corporación global. Es Bocció y Félix Nova, es Falcondo, Barrick y las Gold. Es DICAN, DNCD, AES, METRICO, ELKTON-ANTENA LATINA, EGE- HAINA, San SOUCI, la mafia eléctrica, la mafia de los combustibles y la mafia política. Todos/as a la vez.
No hay apelaciones ni seudo-elecciones que valgan. No hay democracia ni justicia posible. No las habrá con el continuismo peledeístas en boga, que ha convertido a la oposición tradicional en un estropajo corrompido y al sistema electoral en un mercado pestilente.
La democracia y la justicia, como la soberanía del pueblo y la nación, solo se podrán conquistar en las calles. No hay de otra. Está bueno de argumentaciones y recursos en torno a tecnicismos legales a los que esta mafia, montada sobre una dictadura de instituciones encadenadas por el cohollo peledeista, les hace el caso del loco. La burla indignante y el aumento de sueldos por sí lujosos se agregan a las decisiones grotescas adoptadas.