Washington, 9 abr (PL) El caso del policía estadounidense Michael Slager, quien mató a tiros en Carolina del Sur al afroamericano Walter Scott, alcanzó hoy nueva dimensión tras divulgarse un episodio anterior de uso excesivo de fuerza por parte del oficial.
De acuerdo con Mario Givens, el agente Slager -quien fue acusado de asesinato gracias a un video en que aparece disparando ocho veces por la espalda a Scott- tocó a su puerta y lo despertó una noche de septiembre de 2013, cuando buscaba a su hermano tras una denuncia de la exnovia de este.
Givens -también afroamericano- relató que Slager le dijo que saliera y lo amenazó con su arma de electrochque o pistola eléctrica, la cual usó de todas maneras aun cuando él ya había levantado sus manos sobre la cabeza.
Tras el arresto debido a un error de identidad, Givens fue dejado en libertad sin cargos y al día siguiente presentó una acusación contra Slager por uso excesivo de la fuerza que fue desestimada finalmente.
Una copia del reporte de Slager -citada por medios estadounidenses- indica que en el momento del arresto él no pudo ver una de las manos de Gives y temió que este pudiera tomar un arma.
"Lo que viene a mi mente es que si ellos (las autoridades) hubieran intentado escucharme ese hombre (Scottt) estuviera vivo, porque él (Slager) no hubiera sido un oficial en el terreno", dijo Givens este jueves en conferencia de prensa.
Slager enfrentará cargos por el asesinato en la ciudad de North Charleston del ciudadano Walter Scott (de 50 años y padre de cuatro hijos), quien cayó abatido a tiros mientras huía, según se aprecia en un video aportado por el testigo Feidin Santana.
La grabación muestra que después de derribar a su víctima, Slager camina despacio hacia el cuerpo caído, y al ver que no se mueve, le pone las manos a la espalda y coloca las esposas.
Asimismo, se ve al policía regresar hasta el lugar desde donde disparó, recoger un objeto (el arma de electrochoque) y desandar otra vez el camino para dejarlo junto a Scott.
El policía declaró que en algún momento la víctima agarró la pistola eléctrica, pero esto no quedó recogido en el video.
Por su parte, Santana, de 23 años, reconoció que estuvo a punto no revelar el video debido a que temió por su vida.
"Pensé en borrar el video", dijo en entrevista con MSNBC el testigo, quien agregó: "Sentí que mi vida, con esta información, podría estar en peligro".
Este nuevo caso de muerte de un negro a manos de la policía generó protestas en diferentes partes de Estados Unidos, las cuales replican la ola de manifestaciones producidas el año pasado tras hechos similares como los que acabaron con la vida del adolescente Michael Brown, en Ferguson, Missouri, y de Eric Garner, en Nueva York.
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