Por Thalif Deen/IPS
NACIONES UNIDAS, 13 Abr 2015 (IPS) – "No es el mejor de los tiempos para el desarme", declaró la Alta Representante de las Naciones Unidas para Asuntos de Desarme, Angela Kane, mientras se prepara para dejar el cargo tras más de tres años en funciones.
La advertencia se produce en el contexto de una nueva Guerra Fría en el horizonte nuclear y de conflictos militares en expansión en el políticamente volátil Medio Oriente, como sucede en Siria, Iraq, Libia y Yemen.
"La perspectiva de que haya nuevas reducciones de armas nucleares es tenue e incluso podríamos ser testigos de un retroceso de los avances en materia de desarme alcanzados con dificultad en los últimos 25 años", declaró Kane a la Comisión de Desarme de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 6 de este mes.
"Nunca he visto una brecha más amplia entre quienes tienen armas nucleares y quienes no, con respecto a la escala y el ritmo del desarme nuclear", aseguró la subsecretaria general saliente en uno de sus discursos finales ante el organismo mundial.
La advertencia de Kane constituye una evaluación realista de la actual situación de estancamiento, ya que las reducciones bilaterales de armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia se encuentran prácticamente en un punto muerto, según los activistas antinucleares.
Ya hay indicios de retroceso, por ejemplo, con respecto al tratado entre Estados Unidos y Rusia sobre las Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, firmado en 1987.
Tampoco hay previstas negociaciones multilaterales para la reducción y eliminación de los arsenales nucleares, y todos los arsenales se están modernizando.
Y contrario a la promesa asumida en 2010 en la conferencia de examen del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) nunca se realizó una conferencia internacional sobre una zona libre de armas de destrucción masiva en Medio Oriente.
Cuando queda poco para la próxima conferencia de examen del TNP, que tendrá lugar del 27 de abril al 22 de mayo, "¿el desarme nuclear está condenado o al menos suspendido indefinidamente?", se preguntó John Burroughs, director del Comité de Abogados sobre Política Nuclear, una organización independiente de Estados Unidos.
No necesariamente, señaló.
Las tensiones, con dimensiones nucleares, que se derivan de la crisis en Ucrania podrían provocar un serio replanteo de las tendencias actuales, dijo Burroughs, también director de la oficina ante la ONU de la Asociación Internacional de Abogados contra las Armas Nucleares.
Después de todo, señaló que la crisis de los misiles en Cuba en 1962 sirvió para estimular acuerdos posteriores, incluidos el Tratado de Prohibición Parcial de Ensayos Parciales (1963), el Tratado del Espacio Exterior (1967), el Tratado de Tlatelolco (1967), que crea la zona libre de armas nucleares de América Latina, el TNP (1968), y el acuerdo de limitación de armas estratégicas y tratado sobre misiles antibalísticos entre Estados Unidos y Rusia (1972).
Jayantha Dhanapala, que fue subsecretario general de la ONU para asuntos de desarme, dijo que los "trece pasos" acordados en la conferencia de examen del TNP de 2000, y el Programa de Acción de 64 puntos, junto con el acuerdo sobre la propuesta de un Medio Oriente libre de armas de destrucción masiva y el avance conceptual en el reconocimiento de las consecuencias humanitarias del uso de las armas nucleares, son un buen augurio para reforzar el proceso de examen del TNP.
"Sin embargo, las boletas de calificaciones meticulosamente mantenidas por la sociedad civil con respecto a los logros reales, el retorno a la mentalidad de la Guerra Fría de Estados Unidos y Rusia, y los antecedentes negativos de todos los Estados poseedores de armas nucleares convirtieron la meta de un mundo sin armas nucleares en un espejismo", añadió.
Salvo que la próxima conferencia de examen del TNP desmienta estas tendencias ominosas, la misma estará condenada al fracaso, lo que pondrá en peligro el futuro del tratado, advirtió Dhanapala.
En 1995 "teníamos cinco Estados poseedores de armas nucleares y uno fuera del TNP. Hoy tenemos nueve estados armados con armas nucleares y cuatro de ellos fuera del TNP", afirmó.
"En 1970, cuando el TNP entró en vigor, teníamos un total de 38.153 armas nucleares. Hoy… tenemos 16.300, solo 21.853 menos, y más de 4.000 en estado de despliegue y la promesa de los dos principales Estados poseedores… de reducir sus arsenales desplegados en 30 por ciento, a 1.550 cada una en el plazo de los siete años de que el nuevo START (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas) entre en vigor", explicó.
Otro Estado con armas nucleares, Gran Bretaña, está a punto de renovar su programa de armas nucleares Trident, señaló.
"A diario nos inundan imágenes de los brutales e intestinos conflictos regionales que aquejan al mundo… alimentados por transferencias de armas no reguladas e ilegales", recordó Kane, con respecto a las armas convencionales.
Se calcula que más de 740.000 personas mueren cada año como consecuencia de la violencia armada.
"Sin embargo, entre estos nubarrones, he visto algunos auténticos puntos luminosos durante mi mandato como alta representante", añadió Kane.
El conflicto en Siria no cesará sin un proceso político inclusivo dirigido por Damasco, pero la adhesión de ese país a la Convención sobre las Armas Químicas, de 1992, facilitada por el Marco para la Eliminación de Armas Químicas Sirias acordado por Rusia y Estados Unidos, es uno de los resultados positivos de este sangriento conflicto, agregó.
"Hemos visto la eliminación absoluta de todas las sustancias químicas declaradas de Siria y el inicio de un proceso para destruir todas las instalaciones de producción" de este tipo de armas en ese país, indicó.
El enfoque humanitario hacia el desarme nuclear, con el apoyo de una clara mayoría de países, continúa ganando impulso, aseguró Kane.
"Esta no es una distracción de la llamada ‘política realista' de desarme nuclear. Más bien, es un enfoque que busca poner de relieve el impacto humano devastador de las armas nucleares y basarlo en el derecho internacional humanitario", precisó.
"Este movimiento tiene el apoyo de casi 80 por ciento de los Estados miembros de la ONU. No se pueden ignorar los números", subrayó.
Uno de los mayores logros de la comunidad internacional en el último año ha sido la entrada en vigor del Tratado sobre el Comercio de Armas, apenas un año y medio después de que fuera negociado.
Este tratado histórico tendrá un papel fundamental para asegurar que los actores involucrados en el comercio de armas sean responsabilizados y cumplan con las normas acordadas en el plano internacional, dijo Kane.
Esto será posible con la seguridad de que las exportaciones de armas no se empleen para violar los embargos de armas o para alimentar conflictos y mediante un mejor control de las importaciones de armas y municiones con el fin de prevenir el desvío o las transferencias a usuarios no autorizados, señaló.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga