Viena, 14 abr (PL) Mientras se espera despierte el módulo de aterrizaje Philae, los datos aportados por la sonda europea Rosetta ponen en duda la teoría acerca de la evolución de los cometas, dijeron hoy responsables del proyecto.
El cometa 67/P Churymov-Gerasimenko (67P) no tiene campo magnético propio, aseguró el alemán Hans-Ulrich Auster, del proyecto Rosetta desarrollado por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
Las mediciones del instrumental de Philae, que aterrizó en noviembre pasado sobre el cuerpo celeste, sugieren que fuerzas magnéticas "no juegan un papel dominante en la formación y evolución de un cometa", señaló Auster durante una rueda de prensa en el Congreso de la Unión Europea de Geociencias, que dura hasta el viernes.
Enviado al espacio en marzo de 2004 por la ESA, Rosetta orbita 67P desde el año pasado y se acerca a ratos a unos 10 kilómetros de su superficie.
Los científicos encabezados por Auster interpretan estas observaciones como un indicio de la ausencia de un campo magnético global en torno al núcleo del cometa, lo cual sugiere que las fuerzas magnéticas no son tan importantes como la ciencia pensaba hasta ahora para el nacimiento y la evolución de cometas de ese tamaño.
Los expertos esperan los contactos con Philae para mayo o junio próximos, con lo que contarían con la información del cometa hacia su perihelio (el momento más cercano al sol), previsto para el 13 de agosto.
"La situación está mejorando cada día", explicó Stephan Ulamec, responsable de la misión del módulo Philae, tras mostrarse optimista por el acercamiento al Sol y la posibilidad de la recarga de las baterías.