El evento se enmarca en el proyecto “Estudio de la amenaza sísmica y vulnerabilidad física del Gran santo Domingo que realiza el Servicio Geológico Nacional en compañía de distintas organizaciones internacionales.
SANTO DOMINGO.-El Servicio Geológico Nacional (SGN) impartió un taller sobre la geología y la geotecnia en los estudios de microzonificación que se han levantado en la capital y sus municipios adyacentes en el marco del proyecto “Estudio de la amenaza sísmica y vulnerabilidad física del Gran santo Domingo”.
Este proyecto se realiza bajo la dirección del SGN con el financiamiento principal de Unión Europea y la colaboración técnica y económica del Instituto Geológico Minero de España (IGME), el Servicio Geológico Minero de Francia (BRGM por sus siglas en francés), el Consejo Nacional de Investigación de Italia (CNR, por sus siglas en italiano), el Instituto de Investigación para Actividad Terciaria (IRAT, por sus siglas en italiano) y el Programa de las Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD).
La actividad estuvo dirigida a especialistas y técnicos de las distintas ramas de la ingeniería y la geología cuyas entidades están involucradas en el proyecto. Estuvieron presentes representantes de las alcaldías del Gran Santo Domingo, incluyendo a Los Alcarrizos, del Ministerio de Obras Públicas, de la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica de Viviendas y Edificaciones, universidades y representantes de la Unión Europea.
Durante el taller se compartió información generada por los estudios que se realizan en el marco del proyecto con los responsables de planificación de los ayuntamientos, y se conversó sobre las formas en que esta información puede ser utilizada para mejorar la planificación urbana y las estrategias de respuestas ante emergencias.
Explicación de los especialistas
El director del SGN, Santiago Muñoz, destacó durante las palabras introductorias que hasta ahora la realización del estudio ha sido muy exitosa porque los especialistas han logrado levantar las informaciones necesarias para sacar conclusiones puntuales sobre la vulnerabilidad que generan los movimientos telúricos, sobre todo por lo amplio y complejo que es el Gran Santo Domingo.
Precisó que este proyecto se implementa en la capital, porque tiene la mayor concentración de habitantes por kilómetros cuadrados del país, alberga la mayor cantidad de oficinas gubernamentales y por las limitaciones económicas del proyecto no posibilitan la ampliación de la muestra.
Asegura que hasta ahora no se han presentado accidentes durante las perforaciones para sacar muestras de roca y determinar el tipo de suelo; tampoco ruptura de tuberías o problemas con la energía eléctrica, gracias al nivel de especialización con que se trabaja y a la colaboración de las alcaldías y otras entidades locales.
De su lado, el coordinador general del proyecto, Alfio Bernardo, precisó que con este estudio se busca determinar qué se puede hacer para evitar los efectos negativos de los movimientos telúricos de modo que las construcciones se hagan con rigor y apegadas a una normativa elaborada a partir de datos reales y actualizados.
El también miembro de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de Italia aclaró que se tiende a confundir magnitud con intensidad. Aclaró que lo primero es el valor numérico que se le otorga a un sismo en virtud de la fuerza en que se genera (escala de Richter) y lo segundo mide los efectos de acuerdo a las características geológicas y topográficas de las zonas afectadas.
Mientras, el geólogo Miguel Llorente expuso sobre los tipos de roca que han encontrado hasta ahora. Este hallazgo es relevante para definir los tipos de suelo del Gran Santo Domingo.
“Se puede convivir con los terremotos si nos anticipamos a sus efectos. Y eso es justamente lo que procuramos con el estudio”, manifestó el especialista, quien es además director de la Unidad Territorial de Galicia del Instituto Geológico y Minero de España (IGME).
En tanto que la doctora Myriam Belvaux, directora de Proyectos del Servicio Geológico de Francia (BRGM), precisó que se ha medido la cantidad de ruido que se genera sobre la superficie, lo que permite medir las vibraciones en el subsuelo para establecer los diferentes niveles de amenaza a los que se enfrenta la población.
“Hasta ahora se han hecho 70 evaluaciones de sonido, con la misión de completar las 200 para mediados de año. Este análisis se realiza entre 20 y 30 metros de profundidad y se hace con la finalidad de observar cómo se comporta el suelo en caso de un sismo utilizando las vibraciones del ruido producido por el tránsito y otros fenómenos que ocurren en la superficie y que generan vibración en el suelo”, explicó la experta.
Adelantó que ya se han realizado microzonificaciones sísmicas para conseguir los datos básicos para la evaluación del riesgo sísmico y la definición de escenarios (mapas) para la respuesta a emergencias. “La microzonificación es un documento técnico de información sobre los efectos de un terremoto, con recomendaciones para su uso”.
Enfatizó que la microzonificación no sustituye las reglamentaciones de mitigación que posee un determinado grupo social, “más bien funcionan como anticipo para conocer las amenazas y orientar hacia lo qué se puede hacer antes, durante y después de unsismo”.