Es posible que el resto de la humanidad no crea, porque en verdad en ningún otro espacio surrealista del Tercer Mundo se ha visto que en un período tan breve como 18 años (que en perspectiva histórica profunda equivale a un instante) que en un país se hayan emprendido cuatro reformas constitucionales relacionadas con el ejercicio presidencial. Allá afuera se preguntarán (¡qué vergüenza!) si en verdad bajo esta realidad irracional constituimos un verdadero Estado, a lo que tristemente tenemos que responder con lo que hace justo 50 años escribiera Juan Isidro Jimenes Grullón: el Estado Dominicano no es más que una ficción.