Por Valentina Ieri/IPS
NACIONES UNIDAS, 27 Abr 2015 (IPS) – Si bien la tecnología otorgó mayor libertad para expresarse a millones de personas, en los 10 países con mayor censura del mundo ese derecho básico solo existe en la letra, si es que existe.
Un informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, en inglés), presentado oficialmente este lunes 27 en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, denuncia que la mayor censura se produce en Eritrea, Corea del Norte, Arabia Saudita, Etiopía, Azerbaiyán, Vietnam, Irán, China, Birmania y Cuba.
"Estos países utilizan una extensa gama de tácticas tradicionales de censura, que incluye el encarcelamiento… (y) el acoso de los periodistas, los juicios a la prensa local y la prensa independiente", declaró Courtney Radsch, de CPJ, en diálogo con IPS.
Según el censo penitenciario realizado por CPJ en 2014, Eritrea es el país africano que más periodistas tiene en la cárcel, con al menos 23 tras las rejas. Ninguno de ellos fue procesado en los tribunales ni acusado de un delito. De los demás países que integran la lista con mayor censura, China mantiene a 44 comunicadores en la cárcel, Irán tiene 30 y Etiopía, 17.
En los países que suelen encarcelar a los periodistas que realizan coberturas críticas del gobierno, muchos trabajadores se ven obligados a huir en lugar de correr el riesgo del arresto, según el informe.
"Si usted es periodista en Etiopía se enfrenta a una cruda elección. Se autocensura sus escritos, termina en la cárcel o se exilia de su país", advirtió Felix Horne, investigador especializado en África de la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), a IPS.
Según el informe El periodismo no es un crimen, publicado por HRW en enero, más de 30 periodistas huyeron de Etiopía en 2014. Seis de las últimas publicaciones independientes cerraron y al menos 19 periodistas y blogueros estarían en la cárcel por ejercer su derecho a la libertad de expresión.
Etiopía y Eritrea aplicaron sus respectivas leyes antiterroristas para silenciar las voces disidentes y atacar a políticos opositores, periodistas y activistas, denunció Horne.
"Esta ley es la última amenaza de los periodistas etíopes y su uso contra los blogueros y periodistas provocó el aumento de las tasas de autocensura en lo que queda del ámbito de los medios independientes de Etiopía", explicó.
Las formas tradicionales de censura se acompañan ahora de estrategias nuevas, más sutiles y rápidas, como las restricciones de Internet, la regulación de las leyes de medios de comunicación y de prensa, y la limitación de los dispositivos móviles.
"La situación empeoró. Hemos visto un nivel histórico de encarcelamiento de periodistas y una expansión creciente de la censura, que desarrolló formas más sofisticadas, incluyendo la censura previa a las publicaciones, el acceso restringido al contenido de la información y la regulación del contenido", destacó Radsch.
El informe del CPJ dice que, con el fin de evitar una "primavera árabe" en Eritrea, las autoridades limitaron mucho el acceso a Internet, sin que exista posibilidad de recabar información independiente.
Radsch señaló que la recopilación de información pública mediante el acceso local a Internet, el derecho a la banda ancha, es reconocida por la ONU como un derecho humano fundamental. Pero en Eritrea y Corea del Norte, así como en Cuba, no se permite Internet en la práctica.
El acceso a los teléfonos móviles también está restringido.
"Prácticamente no hay teléfonos en Eritrea y hay un número limitado… en Corea del Norte, donde se pueden conseguir mediante las redes de contrabando de China", añadió. Este tipo de restricciones se aplican no solo a los periodistas, sino al público en general, aseguró.
Según el CPJ, a nivel mundial, Eritrea tiene la menor tasa de usuarios de teléfonos celulares, con apenas 5,6 por ciento de la población. En Corea del Norte, solo 9,7 por ciento tiene estos dispositivos móviles, con exclusión de los teléfonos de contrabando desde China.
Otros países, entre ellos Arabia Saudita, China, Vietnam y Azerbaiyán, tienen Internet, pero su acceso está muy limitado por el bloqueo de contenidos, la reglamentación restrictiva del acceso y la persecución a quienes violan las normas, añadió Radsch.
La censura en los 10 países de la lista afecta principalmente a los periodistas nacionales, salvo en el caso de Egipto, donde también se encarceló a comunicadores extranjeros, informó Radsch. Pero la censura también se aplica a los corresponsales extranjeros de otras maneras, como cuando se les niega la visa de ingreso o se los deporta.
Las dos listas anteriores de los países con mayor censura compiladas por CPJ se remontan a 2006 y 2012.
"Una de las razones por las que no podemos publicar estas listas cada año es porque las tácticas de censura no cambiaron mucho de año a año. En general, los países que estaban en nuestra lista en los años anteriores siguen estando… Pero las formas de censura sí cambiaron", sostuvo.
Hacer un seguimiento de los datos del gobierno es difícil debido a su falta de transparencia, explicó Radsch.
Aunque la comunidad internacional es consciente de que se violan los derechos humanos en los países represivos, aún faltan medidas concretas para proteger la libertad de expresión.
Horne subrayó que Etiopía, por ejemplo, a pesar de sus pésimos antecedentes en materia de derechos humanos, sigue gozando de un importante apoyo de los gobiernos occidentales, tanto en relación con su avance hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio como con su papel como fuerza de paz regional.
"Pero ignorar la horrenda situación de los derechos humanos de Etiopía y las tensiones internas que esto está causando puede tener consecuencias a largo plazo para los intereses occidentales en la región del Cuerno de África", concluyó.
El CPJ también pidió a la comunidad internacional que asegure que los Estados no empleen las leyes antiterroristas de forma ilegítima para fortalecer aun más la censura contra los medios de comunicación.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga
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