Para aquél esforzado trabajador que se gana la vida de sol a sol vendiendo frutas y vegetales en las calles y avenidas del país, le importa poco o nada la exitosa convención del Partido Revolucionario Moderno (PRM), donde se escogió al licenciado Luis Abinader, candidato presidencial.
Podría interesarle entonces la eliminación de la mosca del Mediterráneo y el levantamiento de la veda a las frutas de República Dominicana en los mercados de Estados Unidos.
Sin embargo, para los empresarios, industriales, comerciantes, banqueros, hacendados, terratenientes, productores agrícolas e intelectuales que representan la sustentación del sistema ha sido un alivio, un verdadero triunfo de la democracia, que se espera se traduzca en el fortalecimiento de las instituciones políticas y de la partidocracia nacional.
Este acontecimiento político contribuye al afianzamiento del modelo democrático y preponderantemente a un equilibrio en las estructuras partidarias.
Frente a la ausencia de una oposición al gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD), sectores nacionales y hasta internacionales no escondían su temor ante la posibilidad de un resquebrajamiento de la democracia, especialmente en lo que tiene que ver con el orden institucional.
Los dirigentes del PRM demostraron madurez e inteligencia política al organizar y montar con éxito un evento, que al mismo tiempo, se convirtió en prueba de fuego y pudieron lanzar por las bordas los vaticinios de algunos que esperaban trompadas, sillazos y el caos generalizados.
Tal vez sin proponérselos como elemento primario, los perremeistas tras su convención interna han puesto en una situación difícil a Miguel Vargas y lo que queda del otrora poderoso Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
En ese sentido, los que dirigen actualmente al partido blanco están obligados a concertar o buscar un acercamiento con sus viejos compañeros de lucha porque de lo contrario podrían sufrir cada vez con mayor intensidad la salida masiva de su militancia hacia el PRM.
Triunfo de Todos
Aunque el ex presidente de la República, Hipólito Mejía, perdió la convención del pasado domingo al mismo tiempo, resultó ser triunfador al reconocer con gallardía la victoria de Abinader y anunciar su disposición de trabajar por su candidatura presidencial.
Se trató de un gesto noble y una señal bien clara de que la dirigencia del PRM busca actuar con marcada diferencia y distanciarse de la lucha interna que ha caracterizado al PRD.
Ahora se espera que el candidato presidencial del PRM, Luis Abinader, economista y miembro de una prominente familia vinculada a las actividades empresariales, académicas y políticas proyecte un discurso unificador que le permita ascender y alcanzar el respaldo del electorado en los comicios generales del 20 de mayo del 2016.
La sociedad dominicana demanda de una transformación en la forma y estilo de hacer política. Hay que reestructurar un discurso orientado a la defensa del interés nacional; de la preservación de nuestros recursos naturales, a la unificación familiar, reducción de la violencia, a enarbolar los valores y recursos humanos, a incentivar la preparación técnica y profesional de los jóvenes y en la búsqueda de la transformación de la sociedad.
Pero también hay que promover un mensaje político que evite la confrontación, los ataques personales, las descalificaciones, las palabras descompuestas y que sea más edificador. Asimismo que enarbole las reivindicaciones de los trabajadores y que sea frontal contra la corrupción administrativa y la destrucción del medio ambiente.
La profunda crisis económica y social predominante en el mundo se refleja directamente en el debilitamiento del liderazgo político, tal como lo recoge el ex presidente de España, Felipe González, en su libro “En busca de respuestas. El Liderazgo en tiempo de crisis”.
Las ideologías han sido sepultadas por un pragmatismo que en cierto modo lo corrompe todo, incluyendo las instituciones públicas y privadas. No obstante, el liderato que se impone actualmente es de un perfil de dirigentes pausados, educados y con una elocuencia discursiva menos frontal y menos agresiva.
Ojalá los discursos y propuestas predominantes en la venidera campaña electoral sean orientados a debatir los reales problemas económicos y sociales del país; la problemática del tránsito y posibles soluciones, la realidad del sector educativo y de la salud pública así como nuestras relaciones internacionales con los demás países, incluyendo el vecino Haití.
La elección de Luis Abinader como candidato presidencial del PRM abre un nuevo espacio político y una nueva coyuntura en el escenario nacional. Por supuesto, igualmente establece varias interrogantes entre ellas, ¿Cuál será el papel que asumirá en lo adelante la oposición política en el país? ¿Logrará Abinader unificar en el PRM a la militancia que todavía permanece en el PRD?
Martes, 28 de abril del 2015