Con el encuentro, las instituciones celebraron el Día Mundial de la Propiedad Intelectual.
(Santo Domingo)-. La forma en que han evolucionado los consumos de la música y las implicaciones legales de estas transformaciones, desde el punto de vista del propiedad intelectual, fueron analizados en la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) durante el coloquio “Movilízate por la música”.
Representantes de la Asociación Dominicana de Propiedad Intelectual, Inc. (ADOPI) y la Oficina Nacional de Derechos de Autor (ONDA) y Funglode escucharon los puntos de vista que sobre el tema ofrecieron los abogados María Josefina Félix, Edwin Espinal, Carlos Delgado y Vingy Bello, con el objetivo de evidenciar el papel que desempeña la Propiedad Intelectual a la hora de alentar la innovación y la creatividad.
El director de ONDA, Marino Féliz Terrero; la presidenta de ADOPI, Wallis Pons, y Marco Herrera, director ejecutivo de Funglode, encabezaron el encuentro, que reunió a autores y juristas especializados. Entre ellos destacó la presencia de Pochi Familia, presidente de la Sociedad Dominicana de Artistas, Intérpretes y Ejecutantes (SODAIE).
¿Cuál será nuestra relación con la música en el futuro?, ¿Cómo se crearán y se difundirán las obras musicales?, ¿Cómo las escucharemos?, fueron algunas de las interrogantes que se plantearon durante el coloquio, moderado por la presidenta de ADOPI.
Félix se refirió en su exposición a las condiciones que debe reunir una canción para que su compositor solicite y logre su protección, en el marco del derecho de autor.
Al advertir que cada vez menos la música se consume por medios lícitos, sugirió a los autores buscar la protección como marca de sus composiciones, de manera que puedan garantizar más ingresos.
Consideró que en República Dominicana hay muchos temas con nombres que tienen suficiente originalidad como para ser protegidos como marca, pero lamentó que en el país no haya tradición de hacer estos registros.
Delgado se refirió, por su lado, a la evolución de la distribución de los contenidos. Con las cifras globales que ofrece la industria, mostró como han variado los consumos musicales, desde la aparición de los álbumes en físico, con el cassette y el vinilo, hasta las descargas digitales de la actualidad y la popularización de YouTube, entre otras plataformas.
Entre otros datos, se destacó que el negocio digital está creciendo, desde casi 0 ingresos en los años 2002-2003, hasta 4 billones en el 2009.
“El negocio físico ha perdido 8 billones de dólares en valor, al compararse con el 2005 y mucho más si lo comparamos con el año 2000, que hasta ahora ha sido el año de mayor venta de CDs y beneficios para la industria de la música mundial”, fueron cifras relevantes ofrecidas durante el encuentro.
Delgado indicó que los 300 millones de dólares en venta que en un momento produjeron los CDs, se traducen en la actualidad, ante el cambio del perfil del mercado, en los 700 millones de “views” en YouTube.
El pasado director de la Oficina Nacional de Derecho de Autor (ONDA) estimó que proceso encaminado a debilitar el ejercicio de la propiedad intelectual en internet es sin dudas el primer y más apremiante desafío que en este nuevo entorno enfrenta la explotación de obras musicales. Edwin Espinal Hernández significó que “si bien se reconoce que el ciberespacio – denominado el “Estado de bienestar del siglo XXI”, al menos en las sociedades desarrolladas – está sometido a amenazas contra las que es casi imposible diseñar soluciones duraderas por el ritmo de evolución del internet, es inaceptable, en nombre de su apertura como fórmula para disminuir el impacto de tales peligros, soslayar el ejercicio de los derechos morales y patrimoniales de los involucrados en la creación y disfrute de obras musicales, máxime cuando su puesta en práctica en el entorno digital ha sido reconocida por los Tratados Internet de la OMPI, ratificados prácticamente a nivel mundial y cuyas disposiciones han sido trasvasadas a las legislaciones nacionales”.
El también catedrático de Derecho de la Propiedad Intelectual en la PUCMM señaló que el segundo gran reto es la falta de conciencia social sobre el respeto al derecho de autor y sus derechos conexos, no tan solo en el entorno digital, sino también en el analógico, y que pese al criterio de un equilibrio entre su protección y la flexibilidad del internet en cuanto a la explotación de contenidos sea tenida como cada vez menos factible, los titulares de derechos deben quebrar esa línea de pensamiento y asumir la defensa de sus intereses.
Destacó que, en el caso dominicano, en la Ley No.65-00 sobre Derecho de Autor se hallan previstos tres de los cinco objetivos reconocidos como básicos para una protección efectiva de los derechos intelectuales en el mundo de la puesta a disposición de obras y prestaciones a través de las transmisiones digitales, y que la Ley No.53-07, sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, estipula la prevención y sanción de los delitos cometidos mediante el uso de tecnologías de información y comunicación en perjuicios de personas físicas o morales, en el entendido de que la información o los datos que se almacenan o transmiten a través de estos son bienes jurídicos protegidos. En el ámbito jurisdiccional, citó una sentencia del año 2011 de la Quinta Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, que condenó solidariamente al pago de una indemnización a los auspiciadores de una página web por la reproducción y comunicación pública en ella, en forma no autorizada, de una obra musical.
Finalmente, indicó que el tercer gran reto es afianzar cada vez más los avances legales, institucionales y jurisdiccionales logrados de cara a la protección del derecho de autor en el internet.
Bello cerró el ciclo de exposiciones explicando el papel que juegan las sociedades de gestión colectiva en los medios de distribución, y los logros que han alcanzado en el país. Estas incluyen a la (Sociedad Dominicana de Productores Fonográficos).
Indicó que hasta 2014, SODINPRO ha realizado s