Las muertes violentas de siete mujeres en cinco días y de ellas cuatro en menos de 48 horas es un hecho que debía ser visto como una tragedia nacional, en opinión de la presidenta de la organización feminista Colectiva Mujer y Salud, Sergia Galván.
Consideró que esa situación requiere una consecuente reacción urgente del Estado y la aprobación por el Congreso Nacional del proyecto de ley integral contra feminicidios, cuyos legisladores permitieron que caducara en la legislatura anterior.
Galván, entrevistada por Manuel Jiménez y Felipe Ciprián en Propuesta de la Noche por Digital 15, asegura que los feminicidios pueden evitarse mediante una intervención articulada y a tiempo del sistema de persecución y de atención del Estado.
Anunció que por su parte, Colectiva Mujer y Salud, convocará en su rol de sensibilización pública a una gran movilización a final de este mayo para atraer la atención de las autoridades hacia este fenómeno social que se eleva en magnitud.
Entre otras víctimas estas últimas horas están en la capital Escarlet Saleta Almonte, de 24 años, por el cabo policial Eddy Leonel González que le disparó con su arma de reglamento, y en La Vega la menor, de 15 años, Maylee Batista, por Fausto del Carmen González Ortega, de 51 años, que la apuñaló por resistirse a sostener relaciones con él.
En San José de Ocoa también a balazos Patricia Pichardo Ortiz, de 34 años, por Jesús Yepez Ortega, a quien la Policía dijo que persigue. En Monte Plata, igualmente a tiros, la profesora Escarlet Contreras Tavárez, por su marido Tony Rafael Zabala Aquino, de 54 años, quien portaba el arma con permiso legal.
La presidenta de Colectiva Mujer y Salud se quejó de que la violencia sigue viéndose como un asunto exclusivo del Ministerio Público, de los medios de comunicación y de las organizaciones feministas, cuando los ministerios de Educación, de Salud Pública, de Trabajo y de Cultura debían estar en estado de alerta pero no responden, no reaccionan.
Recordó que los femicidios afectan a toda la sociedad, a la familia, al Estado, los sistemas de trabajo y de salud, por cuanto se hace urgente una respuesta coherente y articulada del Estado para afrontar este problema que ya se sale de las manos.
“También hay que trabajar para cambiar esa conducta aprendida, social y culturalmente en los hombres, la cual puede ser cambiada trabajando desde el principio con los niños, para que sepan que el cuerpo de la mujer no es una pertenencia suya”, subrayó.
“Este es un problema de Estado, de salud, de desarrollo, y por tanto requiere de atención, de un mensaje fuerte del Presidente (Danilo Medina), del Ministerio de Salud Pública, porque para actuar no debemos esperar llegar no más al último eslabón de la cadena, al feminicida”, reflexionó Galván.
Citó de ejemplo y requirió de las autoridades igual respuesta que a la pasada epidemia de cólera, cuando participaron para erradicarla todas las instituciones del estado relacionadas directamente con el caso y las demás prevenían y educaban.