Los pueblos de la región Este, especialmente San Pedro de Macorís, podrían estar en la antesala de su despegue económico si finalmente se construyen las infraestructuras para la producción de azúcar panela, como lo anunció el presidente Danilo Medina.
Por primera vez, un presidente de la República interpreta fielmente la realidad de una comarca y se compromete a impulsar iniciativas desarrollistas partiendo de la esencia topográfica y tradición productiva y cultivable de la zona.
Hablar de cultivos de caña de azúcar es hablar de la región oriental, donde desde tiempo inmemorable sus gentes han cultivado pastos y la tradicional y popular gramínea que tanta felicidad, amargura, progreso, sudor y esfuerzo han dejado en esta laboriosa zona del país.
Estamos ante una coyuntura que podría generar el despegue de la economía no tan solo de San Pedro de Macorís, sino de la región Este, cuya principal fuente de riqueza descansa actualmente en el turismo.
El presidente Danilo Medina en un encuentro con productores de la localidad de “Rincón Cana”, provincia de Monte Plata, comunicó la disposición del Gobierno y sectores empresariales de auspiciar la construcción de un ingenio en San Pedro de Macorís y otro en Monte Plata para la producción de azúcar panela, de gran demanda en los mercados internacionales.
Esta variedad productiva es considerada un alimento de mucha calidad nutricional y beneficiosa para la salud debido a que posee menos calorías que los azúcares tradicionales.
Loable Iniciativa
El proyecto, denominado "El Nuevo Sabor de la Caña", incluye el financiamiento de 16 mil tareas de caña de unas 110 comunidades de las zonas Rincón Cana, en Chirino, Monte Plata; Guerra, San José de Los Llanos y San Pedro de Macorís.
Precisamente, las autoridades determinaron levantar la segunda planta procesadora en la Sultana del Este.
En las comunidades beneficiadas unos 340 pequeños productores, que tenían años que habían abandonado ese cultivo, serán impactados positivamente, a quienes se garantiza ingresos seguros que cambiará la vida de ellos, de sus familias y de las comunidades.
Durante un encuentro con productores cañeros y agrícolas de la región oriental, efectuado en la comunidad de Rincón Cana, provincia de Monte Plata, el presidente Medina garantizó el apoyo del Gobierno en esa esta iniciativa que ha despertado gran interés en toda la región Este.
En ese sentido, anunció que el Consejo Estatal del Azúcar (CEA), asumirá la selección y acondicionamiento de los terrenos para el cultivo de caña. En tanto, que el gobierno central cargará con las inversiones en las plantas procesadoras donde se producirá el azúcar panela.
Entre los habitantes de la región oriental existe entusiasmo por la decisión de las autoridades de retomar la producción de caña de azúcar en una de las zonas de mayor tradición en la historia de la siembra de la gramínea en el país.
Hay consenso entre la población de San Pedro de Macorís del grave error que cometieron las autoridades cuando en la administración del ex presidente Leonel Fernández se decidió apagar las chimeneas de los ingenios Quisqueya, Consuelo, Santa Fe y Porvernir. Este último fue el que sobrevivió y actualmente está moliendo aunque no con los niveles de producción que registraba durante décadas.
Ni siquiera las chimeneas y rieles de Consuelo, Santa Fe y Quisqueya fueron dejados en San Pedro para que las presentes y futuras generaciones conocieran la próspera industria que por más de un siglo generó riquezas, sudor, empleos, explotación, contaminación y bienestar a los residentes de esta histórica provincia.
Esos hierros fueron vendidos como chatarras y otros robados ante la mirada indiferente de la seguridad del otrora poderoso Consejo Estatal del Azúcar (CEA). Lo mismo ocurrió con el inmenso ganado distribuido en todas las extensiones fabriles del Estado.
El alegato principal para el cierre de esos íconos de la productividad en la región oriental fue de que supuestamente eran deficitarios y fuente de corrupción en la administración pública. También, se manejó la tesis de que la industria azucarera en los mercados mundiales había caído en una crisis en la demanda ante la proliferación de azúcar extraída de la remolacha y del maíz.
Sin embargo, Central Romana y la Casa Vicini han mantenido exitosamente sus ingenios logrando colocar su producción de azúcar en los mercados de Estados Unidos y Europa.
Asimismo un grupo empresarial representado por José Hazim Frappier y la familia Casanova abrieron un pequeño ingenio en la comunidad de Consuelito hace más de cinco años.
Si finalmente el presidente Danilo Medina logra reactivar la industria azucarera estatal, pasará a la historia como el único gobernante interesado en que los hombres y mujeres de las zonas cañeras vuelvan a recobrar la esperanza y que sus hijos tengan el legítimo derecho a vivir con dignidad.