Con relación a Haití necesitamos: 1) Establecer una forma común de vida fronteriza (con industrias, agricultura, comercio, educación, salud e instituciones que funcionen a ambos lados de la línea); 2) Establecer un efectivo control técnico de la extranjería (sin importar razas, idiomas y creencias); 3) Establecer una política de empleo que controle la mano de obra que nos falte, y 4) Establecer mecanismos permanentes de comunicación para poder entendernos. Hacer lo contrario nos definiría como un Estado incapaz de dominar y ampliar su mejor mercado: ese que está allí mismo, del otro lado de la frontera.