El ex presidente Leonel Fernández detalla este día la suspicacia de un sector del gobierno de los Estados Unidos contra el Profesor Juan Bosch y su gestión de gobierno en 1963, apegado a la democracia, pero blanco de críticas y acciones en su contra, de un sector del poder norteamericano
En su Observatorio Global de este día el también presidente del Partido de la Liberación Dominicana reveló, basado en documentos oficiales, que al derrocamiento del gobierno de Juan Bosch, la reacción inicial del gobierno del presidente John F. Kennedy, fue la de deplorar la realización del golpe de Estado, romper las relaciones diplomáticas con el gobierno de facto y suspender la ayuda económica y militar.
Relató que esa intención se vio truncada dos meses después del golpe contra Bosch, en noviembre de 1963, cuando el presidente Kennedy caía abatido por las balas de un fusil, en las calles de Dallas, Texas.
“Su sucesor, Lyndon B. Johnson, quien había asistido a la ceremonia de toma de posesión del presidente Bosch, al mes de ocupar la Casa Blanca reconoció al Triunvirato y restableció las relaciones diplomáticas”, narró Leonel Fernández en su columna Observatorio Global, este lunes al analizar las notables similitudes en la trayectoria política de Juan Bosch y Jean-Bertran Aristide.
El presidente de la Fundación Global, Democracia y Desarrollo (FUNGLODE) dijo en su artículo titulado “Bosch, Aristide y Estados Unidos” que podría considerarse que el presidente Johnson adoptó ese cambio de actitud del gobierno de los Estados Unidos sobre la base de que se trataba de un fait accompli, esto es, de un hecho cumplido, del cual ya nada podía hacerse.
“Sin embargo, lo cierto es que a pesar de que el presidente Bosch había tenido, a lo largo de su carrera política, una conducta democrática ejemplar, en determinados círculos de poder de los Estados Unidos había la suspicacia, alimentada por ciertos sectores conservadores de la vida nacional, de que tenía inclinaciones comunistas o era muy flexible con respecto a éstos”, agregó.
Refirió que los documentos desclasificados del gobierno de los Estados Unidos han revelado con respeto a este tema, que desde la Embajada norteamericana en la República Dominicana, había posiciones ambiguas.
“Por un lado estaba el embajador John Bartlow Martin, en cuyos informes se observa el propósito de tratar de preservar el apoyo de Washington al gobierno dominicano, a pesar de ciertas críticas al estilo de ejercicio gubernamental”, señaló-
Precisó que contrario al embajador Martin, los cables e informes de la CIA y de los miembros de la misión militar, MAAG, eran completamente desfavorables a la figura del presidente dominicano, sobre quien albergaban dudas y vertían el juicio de que en el mejor de los casos resultaba impredecible.
El expresidente Fernández explicó que la lógica de la Guerra Fría, de la lucha contra el comunismo y el peligro de la Revolución cubana era lo que predominaba para aquella época y que ese fue el criterio que prevaleció, cuando diecinueve meses después del golpe de Estado, con motivo de la Revolución de Abril de 1965, los Estados Unidos intervinieron militarmente en la República Dominicana, “impidiendo el retorno al poder de un gobierno elegido democráticamente, bajo el criterio de evitar una segunda Cuba, o la instauración de un régimen comunista”.
Leonel Fernández inicia su artículo haciendo notar las similitudes en la trayectoria política de Juan Bosch y Jean-Bertrand Aristide. Bosch en lo que respecta a los gobiernos de ambos escogidos en elecciones en el mes de diciembre, juramentados en febrero y depuestos siete meses después tras un golpe de Estado.
Hace notar las diferentes reacciones del gobierno norteamericano a ambos golpes de Estado realizados con 28 años de diferencia: “El tiempo y los cambios en el ámbito internacional determinaron los diferentes comportamientos adoptados por los Estados Unidos y la comunidad internacional frente a dos acontecimientos políticos de la misma naturaleza”, concluye su articulo publicado en el Listin Diario y en www.vanguardiadelpueblo.do.