Por: Marcos José Núñez
Temprano en la mañana de este día 13 de mayo, me dispuse a revisar las más recientes informaciones sobre lo acontecido el día anterior en el país y lo que nos trae la prensa como suceso de hoy.
De todo lo leído, me llamo poderosamente la atención un reportaje de Mayelin Francisco que reproduce declaraciones del poeta, literato y político, Tony Raful. El reportaje es escrito en forma de trabajo especial para el periódico Listín Diario e intitulado “Los 56 presidentes de la República Dominicana y los 13 que se han repostulado”.
La autora de marras hace una relación en forma de arco, desde el principio hasta el momento actual, de todos los presidentes que ha tenido la república, desde su fundación, con especial mención de los que a su entender mas se han destacado, durante nuestra corta vida nacional.
No pasaremos a hacer una larga lista de nombres similares sino a hacer las correcciones y enmiendas que humildemente entendemos se deben hacer al breve trabajo periodístico y las imprecisiones del ex ministro de cultura.
Pedro Santana es citado como el primer presidente de la nación dominicana. Usualmente la mayoría de los historiadores del status quo se circunscriben a mencionar al militar y hatero como el primero en gobernar a la nación.
La historia registra otros datos sorprendentemente omitidos por Tony Raful. La noche del 27 de febrero de 1844, una vez proclamada la independencia nacional o separación de Haití, se formo un gobierno de la república en armas (por estar en guerra) presidido por el joven abogado mestizo de apenas 26 anos, 11 meses y 20 días, Francisco Sánchez del Rosario, mejor conocido como Francisco del Rosario Sánchez.
Ese año de 1844 fue bisiesto, por lo que la Junta Central Revolucionaria (nombre del primer órgano de gobernanza del país dirigido por Francisco Sánchez), funciono hasta la madrugada del 29 de febrero al 1ro de marzo de 1844, cuando Sánchez del Rosario paso a ser parte de un gobierno provisional de colegiado pactado con los conservadores y la iglesia, llamado “Junta Central Gubernativa, presidido por Don Tomas Bobadilla y Briones, hombre de avanzada edad y viejo funcionario de los gobiernos coloniales y la dominación haitiana.
En ese contexto, Pedro Santana y Familia se convierte en el tercer presidente de la república y el primer presidente constitucional de la república libre, luego de haberse producido la constitución del 6 de noviembre de 1844. En la sucesión presidencial, los gobernantes que hubo antes que Santana, aun cuando no juraron el texto constitucional, al igual que el General Santana no fueron electos, sino fruto de una coyuntura política y militar, por lo que en tal virtud, deben considerarse como gobernantes legítimos.
No obstante todo lo anterior, también me llama la atención la omisión que el Sr. Tony Raful Tejada hace en su declaración del interinato del ex presidente Jacobo Majluta Azar, líder político a quien siempre se le vinculo. A pesar de haber sido un gobierno de apenas 43 días, ha quedado patentado para la historia que durante esa breve transición, se tomaron medidas de corte popular que según se dice, disminuyeron sensiblemente el costo de la vida.
Pero el motivo principal por el cual me he dispuesto a escribir estas líneas, es la mención que hace Tony Raful en dicho reportaje del ex presidente Leonel Fernández. El reportaje de Listín Diario reseña al respecto que “No han faltado presidentes con una inmensa capacidad mental, intelectuales como Leonel Fernández Reyna, quien es calificado por Raful "como un caballero de la política”. "Uno de los mandatarios con mayor formación y cultura".
Para mí, es un trago amargo ver a Tony Raful considerar tan elogiosamente la figura de Leonel Fernández, porque lejos de ser para nuestra generación, un ejemplo de formación, es un ejemplo de distorsión del proceso formativo venido a menos por un ejercicio político carente de respeto por la institucionalidad y moralmente cuestionado, hasta por sus propios amigos y compañeros de partido.
No hay objetividad en el poeta Raful, al dedicar apenas una breve mención al prócer Juan Bosch, en el trabajo periodístico citado y en el caso de Fernández Reyna, discípulo corrompido de aquel, es prodigo en elogios ampulosos, quizás por la gran simpatía y admiración que muy en el fondo siente Raful, por el Dr. Leonel Fernández.
De nada sirve tener inmensa capacidad sino esto no sirve para servirles dignamente a los demás. Que tan bueno puede ser tener un presidente intelectual sin vocación democrática y entregado a los peores vicios que puede tener un gobernante? Para que ser un caballero de la política, si con su sola presencia, Leonel Fernández simboliza todo lo contrario a lo que aspira la sociedad, cual bestia troglodita de esas que Borges describe, capaz de destruir incluso a sus más cercanos aliados, como fue el caso del Partido Reformista.
Decía Simón Bolívar, que el talento sin probidad era un azote, refiriéndose con eso al hecho de tener cualidades y habilidades excepcionales no es nada bueno, si no hay seriedad y honestidad, si quien posee dicho talento carece de ética y moral en sus relaciones con los demás. Por tanto, prefiero exaltar al ex presidente Hipólito Mejía por ejemplo, que pese a ciertas máculas, ha demostrado tener la vocación democrática y los valores éticos y morales de que carece el talentoso ex presidente Leonel Fernández y la tragedia que ha sido para el país, el uso de sus cualidades excepcionales para servirse en vez de servir honradamente, al pueblo dominicano.