Miguel Vargas Maldonado, en su última comparecencia al Sol de la Mañana, hizo una revelación importante de valorar en las presentes circunstancias, antes de empezar a reunirse con Leonel Fernández para suscribir el acuerdo “de las corbatas azules”, visitó a Danilo Medina y le propuso que pactaran entre ellos dos la reforma constitucional que gestaba el presidente Fernández para eliminar el nunca jamás que le impediría presentarse de nuevo como candidato presidencial.
Vargas y Medinas reunían los votos necesarios para evitar que Fernández se cortara un traje a la medida, pero Danilo rechazo la propuesta, entendiendo que con esa acción sembraba el germen de la división en el PLD.
Miguel Vargas sabía, porque nosotros lo habíamos dicho en la radio, que el día en que Leonel Fernández se apareció al Comité Político con su proyecto de reforma constitucional que sometió sin que los miembros de ese organismo tuvieran tiempo de estudiar, Danilo Medina y otros tres miembros del CP votaron en contra.
Entre los legisladores de Danilo Medina los habían dispuesto adispuestos para asumir cualquier sacrificio en favor de las posiciones de su líder, pero la orientación que recibieron fue la de obedecer el mandato del Comité Político, porque la regla de oro de la unidad, es que la minoría se sujete a las decisiones de la mayoría.
El líder que observó ese comportamiento en una coyuntura que le resultaba adversa, es el mismo que ha ofrendado los mayores desprendimientos en historia moderna del Partido de la Liberación Dominicana.
Cuando se iba a escoger un vicepresidente para acompañar a Juan Bosch en las elecciones de 1994, aunque Leonel y otros entendían que el indicado era él, desechó y se inclinó por Fernández, porque Danilo entendía que su mejor aporte estaba en echarse encima la maquinaria de un partido que tenía que ser preparado para la transición.
Después, cuando por primera vez al PLD le toca escoger un candidato que no sea Bosch, coloca la estructura que manejaba y todos sus esfuerzos al servicio de Leonel Fernández, que con ese apoyo y el de Juan Temistocles Montas, derrotan a varios aspirantes de la vieja guardia peledeísta.
Para darle confianza al PLD en las posibilidades de construir un proyecto de poder, renuncia de la presidencia de la Cámara de Diputados y se pone al frente de la campaña del partido, el proyecto prende en el electorado y al momento de escoger su compañero de boleta, Leonel le ofrece la candidatura presidencial, pero el rol de Danilo nunca ha sido el de estar donde más le convenga sino donde pueda ser más útil y le dijo a Fernández que le diera esa oportunidad a otro, mientras él seguía ocupándose de su misión.
En el 2000 mil no había reelección presidencial y el PLD con un solo senador no podía procurar una reforma constitucional, por lo que hubo espacio para otras aspiraciones y Danilo ganó la nominación pero perdió las elecciones por una razón fundamental: el PLD no había ganado en 1996 con votos propios y el dueño del mercado electoral que favoreció el triunfo morado, Joaquín Balaguer, se presentó a esas elecciones.
En vez de volver a procurar la candidatura en el 2004, declinó en favor de Leonel Fernández, porque era el favorecido por los electores, como ocurre ahora con Danilo Medina, es el principal activo electoral de la nación por lo que el Comité político aprobó que buscara la reelección.