Seguramente el resto del mundo se estará preguntando, ya sin asombrarle nada de nosotros, si definitivamente existe el Estado Dominicano, con leyes, instituciones y políticas que expliquen su existencia. Y preguntará, a propósito de esa duda, ¿en verdad existe, por ejemplo, un Ministerio de Trabajo con ley orgánica, reglamentos, departamentos y comisiones y con una burocracia que asiste al trabajo todos los días? Porque hay un hecho que valida la duda: ¿Será posible la existencia de un Estado que a lo largo de meses no manda a parar y asume una decisión respecto a algo tan fundamental como fijar un vulgar salario mínimo?