Por Carlos McCoy
El ex presidente de la República y presidente del Partido de la Liberación dominicana, Dr. Leonel Antonio Fernández Reyna, en su memorable discurso del lunes 25 de mayo del presente año 2015, se presentó como una victima.
Ya lo había hecho, casi en los mismos términos, en un discurso pronunciado el 8 de abril del 2011, en el Palacio de los deportes, ante “Dos millones cuatrocientas mil firmas” cuando coqueteaba con la reelección.
El Dr. Fernández comienza su discurso rememorando la ocasión en que el Senador Aristy Castro, del Partido Reformista Social Cristiano, le hizo pública la propuesta de reformar la Constitución y el no lo aceptó.
Lo que no dice el ex presidente es que en esa ocasión, 1998, el PRD tenia 25 de los 29 Senadores de entonces y mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. Lo que hacia imposible una modificación a la carta magna.
Sigue su discurso hablando de los logros de su gestión en cuanto a la tasa de cambio, el crecimiento económico, la estabilidad de la economía, etc. O sea un discurso de campaña, en momentos de tensión en su partido, de alguien que dice no estar buscando nada personal.
Continua diciendo que declinó cambiar la Constitución para un nuevo periodo en el 2012, cuando contaba, según sus propias palabras, con un respaldo abrumador, sin embargo, meses antes, la empresa CID-Gallup había hecho una encuesta donde el Dr. Fernández aparecía como el Presidente Latino Americano peor evaluado con solo un 30% de aceptación. Peor que el hondureño Porfirio Lobo.
Lo que sí había hecho el ex presidente, fue, a través del “Pacto de las corbatas azules” cambiar la Constitución para eliminar el “Nunca jamás” que le impedía ser presidente una vez mas. Contraviniendo el deseo de la mayoría del pueblo dominicana que, consultado, estaba de acuerdo con el sistema americano de dos periodos y nunca más.
Dice el Dr. Leonel Fernández que en el 2012 se entregó en cuerpo y alma en apoyar al candidato de su partido, el Lic. Danilo Medina, quien tenia menos 25 puntos en las encuestas, olvidando que el Senador Félix Bautista, a la cabeza de otros Senadores seguidores suyos, se declararon en esa campaña, de brazos caídos o brazos cruzados.
Solo descruzaron los brazos cuando el candidato del PRD, Ing. Hipólito Mejía dijo, que tan pronto ganara la Presidencia, al primero que iba a “trancar” era precisamente al Senador Bautista.
Se queja de que fue despojado injustamente de dos candidaturas a la cámara de Diputados, obviando que ha sido Presidente de la Republica por doce años, solo superado en la permanencia del poder, por Santana, Báez, Trujillo y Balaguer.
Es bueno aclarar que el “despojo” a que se refiere el ex presidente, fue un pedido del Prof. Bosch, para que Leonel declinara una diputación por el Distritito Nacional a favor del Doctor Ramón Andrés Blanco Fernández, un emblemático y meritorio miembro del PLD.
El Dr. Fernández habla de su negativa a aceptar la candidatura vicepresidencial en las elecciones del 1994, lo cual eventualmente lo fue, pero no dice que su proponente fue el Lic. Danilo Medina, quien renunció a la presidencia de la Cámara de Diputados para ser el jefe de campaña, no solo en el 1994 sino también en el 1996 cuando el PLD llega al poder por primera vez.
Apunta el ex presidente que la misma Constitución es como el semáforo en rojo, que indica cuando hay que detenerse. Parece que esto solo aplica para algunos choferes. No para los “dueños del país”
Sigue hablando de la Constitución diciendo que sin ella no hay patria y trae a la palestra un cuco nuevo, “El Trujillo del siglo XXI” que vendría a cercenar nuestras libertades, a mutilar nuestra dignidad y a truncar nuestro porvenir como pueblo ¡Dios Mío!
Dicen que cuando truena todos recuerdan a Changó, parece que estos truenos son muy fuertes pues de repente nos recordamos hasta del salmo 23, “Jehová es mi pastor y nada me faltará…”
Finalmente, el profesor se recuerda de su maestro y dice que todo lo que es se lo debe a Juan Bosch y al Partido de la Liberación Dominicana, pero no le hace mucho honor a sus enseñanzas enarbolando un discurso mas Vinchista que Boschista.
Creemos que con esta alocución, el Dr. Leonel Fernández permitió que su ego arropara el raciocinio.
¡Que lastima!